El gato se está ahogando: que hacer si el gato ha terminado en el agua
Es cierto que a los gatos no les gusta bañarse, pero a veces se encuentran en el agua sin querer: así es como intervenir si un gato se está ahogando.
Los gatos odian el agua: ciertamente no todos, pero ese no es el punto. Un gato podría encontrarse, a su pesar, teniendo que enfrentarse al peligro de ahogarse incluso cuando no haya elegido espontáneamente sumergirse en un espacio de agua. Piense en una lluvia torrencial repentina o en el gato que se desliza inadvertidamente en una piscina justo cuando no lo estábamos revisando. Es importante intervenir de manera oportuna para evitar que el gato se ahogue: esto es lo que debe hacer si un gato se está ahogando.
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El gato se está ahogando: cómo puede suceder
Si pensamos: ‘¡Esto nunca me pasará a mí!’, Nunca deberíamos estar tan seguros. Incluso un gato que ama tan poco el agua que se mantiene bien alejado de ella y evita, incluso de forma abrupta, cualquiera de nuestros intentos de baño, podría encontrarse frente a tal peligro (Lea aquí: Por qué el gato odia el agua ? Disipemos mitos y leyendas sobre el baño). Piense en un día tranquilo en la piscina: el borde húmedo y resbaladizo podría impedirle mantener el equilibrio y caer al agua. En casos severos, incluso podría estar en medio de una inundación, sin saber cómo salir. Pero seamos sinceros: ¡los casos de ahogamiento de gatos no son tan frecuentes!
De hecho es precisamente esta repulsión hacia el medio acuático lo que los mantiene fuera de problemas de este tipo, pero no solo: los gatos, como depredadores expertos, siempre saben cómo ‘gestionar’ situaciones peligrosas. Pero no confiamos demasiado en sus habilidades para nadar o en que siempre sean cautelosos: nos aseguramos de que ciertas cosas no sucedan.
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El gato se está ahogando: como notarlo
Si a nuestro gato, como a la mayoría de sus compañeros, no le gusta el agua, es muy poco probable que elija bañarse por su propia voluntad. Incluso si las temperaturas exteriores son tórridas, es difícil para un gato sumergirse en un charco de agua, incluso en uno pequeño (¡difícil pero no imposible!). Sin embargo, es probable que, después de distraernos unos segundos, nos volvamos y veamos a nuestro gato forcejeando en el agua. Lo veríamos tratando de mantenerse a flote con dificultad, a menos que el agua ya haya penetrado lo suficiente desde la nariz y la boca hasta los pulmones. En este caso, el gato podría empezar a perder fuerzas y parecer casi aturdido, como si en realidad estuviera ‘a punto de darse por vencido’. Así que aquí le mostramos cómo intervenir rápidamente y cómo guardar su vida.
El gato se está ahogando: maniobras de rescate
Como un perro que se ahoga, lo primero que hay que hacer es no perder la calma y la claridad: con la cabeza fría y los nervios firmes podremos afrontar la situación con más claridad. Si bien es difícil, perder los estribos y desanimarse solo podría empeorar la condición de su gato y poner su vida aún más en riesgo.
- Maniobra n. 1: primero vamos a sacarlo del agua. Si creemos que ya ha tenido mucho, sacámoslo. El agua tendrá que salir por la boca o incluso por las fosas nasales: para que esto suceda hay que agarrarla por las patas traseras y tirar de ella hacia arriba, de modo que la cabeza quede lúgubre debajo del resto del cuerpo. Nunca lo esparza por el suelo, de lo contrario el agua seguirá en los pulmones.
- Maniobra n. 2: una vez agarrados por las patas traseras y suspendidos en el aire, aplicamos presión con la mano a la altura del pecho durante unos segundos, casi como si quisiéramos darle un masaje cardíaco. De esta forma el gato debe expulsar el agua ingerida y reanudar la respiración de forma independiente, quizás después de algunas toses.
- Maniobra n. 3: si las dos maniobras anteriores no han dado resultados positivos, o el gato sigue sin poder respirar por sí solo, debemos asegurarnos de que el agua salga de su cuerpo incluso por las ‘vías difíciles’. Uno de ellos es, por ejemplo, rotar al gato con movimientos muy rápidos. O dele respiración artificial, con presión en el pecho y, agarrando la lengua, empuje hacia adelante y hacia atrás. En la práctica tendremos que simular la respiración y luego proceder con el masaje cardíaco.
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Qué saber si el gato termina en el agua
Considera que si el accidente llegara a ocurrir en invierno, también hay otro aspecto a considerar: el frío. El gato, después de estar en contacto con agua fría, podría sufrir hipotermia. En este caso habrá que calentarlo en todos los sentidos, utilizando una manta, nuestra ropa o incluso solo nuestras manos. Su cuerpo necesita ser calentado antes de que entre en shock.
El gato, sin embargo, también podría terminar en el agua con fines curativos: parece que en Inglaterra la hidroterapia para gatos está atrayendo cada vez más consenso. De esta forma parece que se pueden tratar algunas enfermedades felinas.
Francesca Ciardiello