El gato no quiere aparearse: las causas, cuando preocuparse y si conviene forzarlo
Parece que a ningún gato le interesa y no tiene intención de formar una familia: porque un gato no quiere aparearse y cuándo entender si algo anda mal.
¿Tu gatito parece demasiado distraído para preocuparse por sus compañeros e intentar acercarse? Son varios los motivos de su negativa a aparearse y formar una familia: hay que conocerlos y comprenderlos bien para descartar un problema de salud. Entre las muchas actitudes de los gatos, esta es realmente muy extraña: todas las razones por las que un gato no quiere aparearse y si es correcto o no forzar su «postura».
Obligar a los animales a aparearse: ¿es correcto?
La pregunta está abierta: no todo el mundo está de acuerdo en que no es necesario que nuestros animales se reproduzcan necesariamente. Por otro lado debe ser su ‘elección’, un deseo o más bien un instinto, que se puede implementar o no dependiendo de alguna condición física o psicológica.
Sin mencionar que también puede haber razones «comerciales» en la base de un «acoplamiento organizado»; muy a menudo se empuja a un mejora de la especie y hacer algunas de sus características aún más fuertes y estables.
En cualquier caso, cuando se trata de nuestra mascota, nosotros tomamos la decisión. Sin embargo, es importante comprender si existe un problema de salud que pueda resolverse en base a esta negativa a aparearse.
El gato no quiere aparearse: causas
Excluyendo las patologías, que analizaremos más adelante, veamos cuáles son los motivos que llevan a un gato a no querer aparearse con otro similar. Notaremos que los hombres y las mujeres tienen diferentes motivaciones: el macho quizás esté más interesado en dominar del territorio, mientras la hembra hace que sea cuestión de gustos. De hecho, si al gato no le gusta el macho y no acepta el contacto con él. Veamos cuáles son las causas de que el gato no quiera aparearse, una a una:
- cambios en tu rutina,
- trauma reciente,
- territorialidad,
- chica,
- espacios confinados o falta de privacidad,
- celos y agresión.
Cambio repentino de hábitos y rutinas.
¿Quieres poner nervioso a tu gato? Será suficiente para alterar la vida cotidiana que tanto le gusta. El gato es uno de los animales más habituales que existen en la naturaleza y no le gustan los cambios, aunque pueda mejorar su vida. Hay que darles tiempo para que los acepten y se adapten a ellos, sin ningún tipo de forzamiento: una vez que el gato se haya adaptado quizás también piense en aparearse.
Trauma reciente
Estrechamente ligados al discurso de cambios bruscos en la vida, están los traumas que incluyen: duelo, retirada de un ser humano o animal de la casa, introducción de nuevos animales o humanos en el mismo hogar etc. En definitiva, todo puede resultar ‘traumático’ para el felino y llevarlo a mostrar factores de estrés felino que no deben subestimarse y que obviamente no lo hacen disponible para ‘conocer’ otros similares.
Territorialidad
Los gatos son cazadores, lo tienen en su ADN y, en consecuencia, también están muy apegados a su territorio. No se trata solo de objetos y espacios sino también de humanos: el gato siente que tiene que proteger a su familia, su territorio y si este se ve amenazado por la presencia de alguno similar (o no), seguro que no querrá coquetear con él. él porque lo siente como una amenaza constante a su autoridad en la casa.
chica
Si el gato a menudo está solo en la casa, no tiene diversiones, no tiene pasatiempos con los que jugar, puede sufrir fácilmente un profundo aburrimiento. Pensemos en estar solo todo el día, sin entretenimiento: debe ser terrible también para un animal al que le gusta ser independiente. Y si este aburrimiento comienza a convertirse progresivamente en apatía, es probable que el gato no sienta ningún impulso sexual.
Espacios confinados y falta de privacidad
Si pensamos que dos gatos obligados a compartir los mismos espacios, quizás restringidos y sin poder tener un poco de intimidad, se conocen mejor y se aparean con mayor facilidad, ¡estamos totalmente fuera del camino! Dos gatos que se ven obligados por las circunstancias a estar juntos fácilmente se impacientan entre sí. ¡Así que es mejor cambiar la ‘estrategia’!
Celos y agresión.
¿El gato con el que nos juntamos para aparearse acaba de entrar en la casa? Es fácil que al viejo felino de la casa le desagrade. Mucho también depende de nuestra actitud: si su maestro le presta más atención al recién llegado, descuidando al primero, bueno … ¿cómo puede gustarle si le ha robado al humano?
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El gato no quiere aparearse: soluciones y remedios
En general, es necesario no guardarlo ‘debajo de un frasco de vidrio’, sino educar desde un cachorro para socializar a un gato con sus semejantes y otros animales. Será importante hacerle comprender progresivamente y con paciencia que los demás no representan una amenaza: esto seguramente repercutirá positivamente en su estado de ánimo. Lo hará más pacífico y tranquilo, incluso cuando tenga que hacerlo. compartiendo espacios y humanos con otro animal.
El mayor error que podríamos cometer es castigarlo, obligarlo violentamente a hacer lo que no quiere: no solo por aparearse sino en general, obligar al gato a hacer algo que no quiere no es solo un esfuerzo infructuoso en la mayoría de los casos. tiempo, sino también una acción que daña la relación gato-dueño.
El felino no debe temer a su humano ni ser instigado a fastidiarlo y hacerle la vida imposible. Dale el tiempo y el espacio necesario para darle las ganas de aparearse y, si todo va bien, podremos disfrutar de la compañía de muchos gatitos.
Francesca Ciardiello