Cómo reconocer a un perro aburrido: 6 señales para entenderlo

A pesar de la reputación de ser juguetón, un perro puede experimentar momentos de aburrimiento. Aquí hay 6 pistas útiles para comprender si un perro está aburrido o experimenta angustia psicológica.

Perro en actitud depresiva

El perro requiere un compromiso constante, y todos deben ser conscientes de ello antes de adoptarlo. Puede ser una gran compañía, un amigo fiel y sociable pero también necesita ser estimulado. Requiere atención y tiempo para jugar, salir a pasear y momentos de mimos solo para él. Tenga cuidado de no confundir el aburrimiento con la incomodidad o el estrés causado por ejemplo por la soledad. Intentamos comprender cómo afecta nuestra conducta a su estado de ánimo y, en la medida de lo posible, intentamos cambiar nuestros hábitos.

El aburrimiento del perro desde un punto de vista científico

El experto veterinario Anne Posthoff aclaró que el aburrimiento canino se origina en la falta de expresión de su energía, que en consecuencia será ‘reprimida’. Un perro tiene tanta fuerza y ​​ganas de hacer que debe dar lugar a una actividad: cuando esto no sucede, la energía acumulada provoca estrés y ansiedad. La actitud de un perro aburrido fluctúa entre dos polos opuestos: depresión y, a la inversa, agresión extrema. Por eso, cuando notamos en él comportamientos diferentes a los habituales, es bueno detenerse y comprender cuáles son sus necesidades y prever su satisfacción.

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6 señales de un perro aburrido

Actitud obsesivo-compulsiva: si el perro tiende a repetir los mismos movimientos una y otra vez, podría hacerlo para liberar la tensión nerviosa. De hecho, cuando el perro acumula energía necesita ‘descargarla’ de alguna forma. Esto puede resultar en: lamerse con movimientos repetidos e idénticos, o cuando intenta agarrar su cola girando sobre sí mismo. En definitiva, si notamos que estas actitudes obsesivo-compulsivas continúan en el tiempo, será bueno consultar la opinión de un experto.

Actitud agresiva-destructiva: esto puede tener un doble origen ya que este arrebato físico podría derivar tanto de una energía no expresada como de una ansiedad de abandono. Si vuelves a casa y encuentras un matadero es probable que tu Fido no haya tenido el placer de estar solo. Esto no significa que no pueda alejarse, pero ciertamente debe enseñarle a su perro a estar solo en el interior. En el caso de ‘liberación de energía’ bastará con sacarlo a hacer ejercicio físico, o darle sus propios juguetes para que muerda y desgarre.

Actitud depresiva: el aburrimiento a veces puede traducirse en apatía. Es bueno asegurarse de que esta actitud depresiva no esconda realmente un malestar físico: tratemos de estimularlo y entender si quiere jugar o no. Si reacciona de inmediato a nuestro estímulo habrá sido solo aburrimiento, pero si no parece reactivo a nuestra invitación, es mejor pedir la opinión de un etólogo o un veterinario.

Nos ladra fuerte: un perro que ladra no debería ser motivo de preocupación. Pero si ladra tan directamente, mirándonos a los ojos y repitiendo la línea con energía y firmeza, probablemente quiera convencernos de que juguemos con él. Después de todo, ¿cómo podemos hacernos comprender mejor que él quiere nuestra atención?

Se nos pega con los dientes: mordernos la ropa es otra forma de llamar nuestra atención y descargar la energía almacenada. Cuando un perro muerde objetos e invitados a jugar en este caso, sin embargo, puede causar muchos inconvenientes, aunque no tiene ganas de lastimarnos o lastimarnos. Siempre es una forma de estimularnos a estar con él y a ser el centro de atención.

Muerde a los otros perros: Un perro agresivo puede ser un problema, sobre todo si está con sus compañeros, sobre todo con los más pequeños o los recién llegados a la casa. Aunque esta forma de ‘jugar’ puede, con razón, no agradar al otro, el perro también podría desahogar su energía organizando una especie de pelea con su prójimo.

En resumen, el perro necesita desahogar su energía, de lo contrario podría aburrirse. Cuando el perro quiere nuestra atención y nos lo hace entender de muchas maneras: ¡entonces corramos hacia él para jugar!

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