Cómo enseñarle al perro y no alejarse del dueño.
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En el imaginario común, tener un perro es algo idílico que lleva al ser humano a alcanzar un estado de empatía como llegar al Nirvana.
En el mundo del cine, a menudo vemos escenas de paseos relajantes con su perro en paisajes vírgenes, hermosos y tranquilos. Quizás agreguemos una puesta de sol que se refleja en los ojos de nuestro amigo de cuatro patas que, mientras camina fielmente a nuestro lado, nos mira con ojos de amor. Pero, ¿sucede esto realmente?
A menudo no. Miles de seres humanos se despiertan cada día y saben que tendrán que ser más rápidos y más fuertes que su perro para no ser arrastrados por los parques por el barro, los charcos y el asfalto. El problema del paseo une a muchos dueños de perros que simplemente no pueden establecer un sentimiento con su mascota para vivir una vida cotidiana tranquila … como la del cine. Pero, ¿cuáles son los trucos para enseñarle a nuestra mascota a que nos acompañe sin tirones o fugas repentinas dignas del mejor preso fugitivo? Cómo enseñar al perro y no alejarse del «amo»? En este artículo de AnimalPedia intentaremos solucionar este malestar existencial a través de unos sencillos consejos sobre cómo manejar a tu perro durante un viaje.
Ley de perros con correa
Antes de soñar con la libertad, es necesario conocer los límites legislativos dentro de los cuales puede definirse como tal. Precisamente por la mala gestión de determinadas razas de perros, la normativa sobre el uso de correas y bozales se ha vuelto cada vez más estricta. Es absolutamente recomendable conocer el marco regulatorio en cuestión para no ser pillado desprevenido y ser multado.
La elección de una correa debe tener en cuenta varios parámetros. El primer criterio a tener en cuenta es el legislativo, de hecho la ley ha establecido límites reales a la longitud de una correa: una correa para nuestro amigo de 4 patas. no debe superar los 1,50 m de longitud en las zonas urbanas y abierto al público.
De acuerdo con las disposiciones de Ministerio de Salud de 06 de agosto de 2013 el «propietario» debe:
- Llevar al perro con correa y sin bozal o con bozal y sin correa en lugares públicos, es decir, pertenecientes al Estado y abiertos a todos, como jardines públicos, calles y plazas;
- Llevar al perro con correa y sin bozal o con bozal y sin correa en lugares abiertos al público, es decir, abiertos a todos pero en cumplimiento de condiciones predeterminadas, como el pago de una entrada, la posesión de una invitación, la exhibición de una tarjeta u otra;
- Llevar al perro con correa y bozal en lugares públicos, como pubs, restaurantes o tabernas;
- Llevar al perro con correa y bozal en los medios de transporte públicos, como autobuses, tranvías, metros o trenes;
La legislación también prevé la posibilidad de que los municipios pongan intereses adicionales y directivas más estrictas sobre la seguridad en los lugares públicos.
Probablemente estés sonriendo pensando en lo inofensivo que es tu perro y lo fuera de lugar que está esa linda carita forzada en un hocico de perro rabioso. Lamentablemente, estas leyes tienen vigencia nacional y deben ser respetadas ya que, además de contener los ataques de perros con «temperamento violento», limitan la propagación de antropozoonosis transmisibles con la mordedura como la rabia.
Cómo enseñarle al perro y no alejarse del dueño.
Enséñele a su perro un caminar sin correa evitando fugas es un concepto simple pero que presenta varias dificultades en el caos del mundo moderno. Para empezar, es recomendable acostumbrar a nuestro amigo de cuatro patas desde muy pequeño a saltar junto a su amado humano gracias al constante «estar sentado» en lugares tranquilos. El último factor, a saber, el tranquilidad, es fundamental para lograr concretamente el objetivo. Elegir un parque con poca gente en lugar de un bosque es el primer paso que conducirá a la sincronicidad. Inicialmente se recomienda llevar al cachorro / perro con una correa muy larga, evitando tirar y dejando la mayor libertad de movimiento posible. De esta forma nuestro fiel amigo, con el tiempo, empezará a tomarnos como un verdadero punto de referencia que marcará el ritmo de su paso.
En este punto será posible abandonar la correa y seguir con los paseos con total libertad. Evidentemente el lugar debe ser siempre tranquilo y será importante no perder nunca de vista a nuestro animal. Dejarlo libre es importante pero es fundamental hacerle entender al perro que a la primera llamada tendrá que correr con las patas levantadas en nuestra dirección. ¿Y cómo es posible hacerlo? Por supuesto corrompiéndolo con comida. Cada vez que nuestro perro nos alcance a nuestra llamada, será necesario premiarlo con su golosina favorita.
En este punto solo tenemos que aprender el caminata sincrónica: es hacer que el perro camine a nuestro lado en correlación directa con nuestro ritmo de caminar. El formato es el mismo: un lugar tranquilo y bolsillos llenos de golosinas. Empecemos por liberar al perro y colocarlo a nuestro lado, llamando su atención con un bocadillo. Tan pronto como notamos que sus ojos están totalmente enfocados en el bocado hipnótico, damos un paso o dos. Si el perro nos sigue y se detiene a nuestro lado, proceda con el premio. Continúa así durante varios días (sin exagerar con sus galletas favoritas) y te sorprenderá el resultado: el perro empezará a seguirnos fielmente en cada paso sin perder nunca el contacto visual con nuestra persona.
Una vez logrado este objetivo finalmente podremos sentirnos amados y seguidos por nuestro perro como en las películas de las que hablábamos antes … por supuesto debemos evitar pensar que lo que hace que todo esto sea tan mágico no es el corazón de nuestro perro, pero su estómago!
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