Miedo a los animales que se arrastran: ¿que es la ofiofobia?
¿Es normal tener miedo a los animales que se arrastran? Para algunos, sí. Se llama ofidiofobia: de dónde viene y cómo tratarla.
¿Cómo se llama el miedo a las serpientes y por qué está tan extendido? Probablemente el terror para estos reptiles se extienda a todos los animales que se arrastran por el suelo. En definitiva, no es tan extraño mantener a estos animales a veces incluso venenosos y peligrosos para nuestra salud; sin embargo hay amantes y devotos de la especie. ¿Cómo superaron estos miedos? ¿Nacieron sin miedo a estos reptiles o aprendieron a hacerlos inofensivos? Todo lo que necesita saber sobre la ofiofobia y cómo superarla miedo a las serpientes con algunos consejos útiles.
Miedo a los animales rastreros: ofidiofobia
Del griego ‘ophis’ y ‘phobos’, literalmente es el miedo a las serpientes. Es una de las fobias más comunes, incluso entre quienes aman al resto de animales. Es un miedo irracional, que te hace temblar incluso cuando solo imaginas la serpiente: la sola idea de encontrarte con una serpiente y lidiar con ella te hace temblar de terror. Este miedo irracional tiene una matriz genética o está naturalmente ligado a algún hecho traumático: en un viaje al campo puede que nos hayamos topado con una serpiente y hayamos sufrido un ataque (así como el ladrido de un perro puede habernos traumatizado y causado miedo a los perros).
En realidad, la ofiofobia no es un miedo reciente, sino generalizado también entre nuestros antepasados, y que aún persiste: algunos experimentos en recién nacidos de pocos meses han demostrado su miedo a las serpientes que solo veían ilustradas. ¡Así que naciste con miedo a las serpientes!
Síntomas y causas
La serpiente como símbolo siempre se ha asociado con una criatura malvada, malvada y peligrosa. No hace falta mencionar el papel de este reptil en relato de Génesis y todas las demás veces que en el arte y la literatura se utilizó como símbolo del mal, como el tentador por excelencia. Así que no debería sorprendernos si nos ‘sentimos mal’ ante la idea de encontrarnos con uno, ya que también estamos acostumbrados a pensar en la serpiente como un reptil impredecible, insinuante y peligroso para nuestra salud.
Similar a un ataque de pánico, el miedo a las serpientes se manifiesta con ciertos signos claramente visibles. Se pueden desatar incluso ante el pensamiento o frente a la representación de una serpiente. Esto es lo que son:
- ansiedad,
- sibilancias
- palpitaciones
- sudoración excesiva,
- temblores en todo el cuerpo,
- taquicardia,
- desmayo.
Si no está completamente «bloqueado» por el miedo, las personas pueden intentar escapar, a menudo incluso en lugares llenos de peligros como bosques y campos.
Cómo superar el miedo a los animales que se arrastran
En realidad, aunque no nazcamos con esta particular predisposición hacia este tipo de reptiles, el miedo a estos animales se puede vencer. Por supuesto que no será algo inmediato, pero con un poco de paciencia y algunos consejos podríamos tener éxito (¡si realmente queremos!). En ocasiones es necesario superar este miedo donde el peligro de encontrarse con uno es bastante frecuente y los síntomas pueden hacerte sentir muy mal.
¿Cómo funciona la terapia contra la ofiofobia? Exponer al sujeto a una insensibilización sistemática hacia el reptil. El pecorso, ciertamente no inmediato, podría dividirse en fases. Esto es lo que son:
- Fase 1. En la práctica, el paciente está sistemáticamente en contacto con la representación o la reproducción plástico-goma de la serpiente, pero en un entorno que conoce bien. Recopilar información y hacer viajes al zoológico puede ser muy útil para aprender más sobre lo que está frente a usted. También es igualmente útil estar informado sobre los primeros auxilios en caso de un ataque de serpiente y distinguir las venenosas de las inofensivas (Lea aquí: Cómo distinguir serpientes inofensivas de víboras).
- Fase 2. Después de haber tenido los primeros encuentros con ‘representaciones’ de serpientes, entramos en contacto con un reptil de carne y hueso (¡de hecho, sin huesos!). Es mejor acercar a la persona a una vitrina, ya que el contacto directo aún sería traumático.
- Fase 3. Podría plantearse la hipótesis de un primer contacto, quizás acariciando al reptil. Mejor aún si los primeros contactos directos son con serpientes domesticadas (Lea aquí: Serpiente como mascota: todo sobre su nutrición y cómo criarla): si conocemos a alguien que tenga uno en casa, podríamos pedirle que ‘lo presente’, naturalmente bajo el su estrecha vigilancia.
Si el miedo a las serpientes es tan incapacitante, es fundamental que el psicólogo ayude. El experto sabrá hacer consciente al paciente de su terror desmotivado, cuando conozca bien al reptil. En una etapa posterior, ella le enseñará a controlar y calmar su ansiedad. Algunos practican la hipnosis en pacientes e incluso pueden prescribir la administración de ansiolíticos.
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Francesca Ciardiello