Tortugas para niños: todos los riesgos y reglas a seguir
¿Son las tortugas realmente peligrosas para los niños? ¿Y por qué las mujeres embarazadas también deberían mantenerse alejadas de ellos? Esto es lo que debes saber.
¿Por qué mantenerse alejado de algunos animales, como hámsters y tortugas, cuando está embarazada? ¿Y cuáles son los riesgos para los niños que juegan con estos simpáticos reptiles? Por divertidas que sean las tortugas, pueden transmitir algunas enfermedades más o menos graves, y una en particular. Veamos cuáles son las precauciones a seguir y qué hacer si un niño entra en contacto con una tortuga. Todo lo que necesita saber sobre por qué las tortugas son peligrosas para los niños y también para las madres.
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Tortugas: una mascota alternativa
¡No solo perros y gatos! En la casa también hay espacio para otros animales, y en particular para reptiles como las tortugas. Son criaturas muy fascinantes, sobre todo porque enseñan al pequeño humano a cuidar de otro ser vivo. Por supuesto que hay diferentes tipos y tamaños, por lo que debemos tener cuidado de elegir el que más se adapta a nuestra familia!
Hay tortugas terrestres y acuáticas: las primeras necesitarán un jardín, o en todo caso un espacio cerrado (lee aquí: Cómo hacer un recinto para las tortugas terrestres en tu jardín). Es mejor crear una guarida para ellos, donde puedan descansar durante el invierno (de hecho se encuentran entre los principales animales que hibernan). Los de agua en cambio necesitarán un lugar específico, una caja que pueda contener espacios de agua, el acuaterrario. No olvidemos insertar ramas o rocas en su interior, para que el reptil se suba a ellas para disfrutar de la luz artificial de las lámparas.
Tortugas para niños: riesgos y beneficios
Aunque las tortugas se eligen cada vez más como mascotas, especialmente en familias con niños, a estos reptiles en realidad no les gustan los ruidos fuertes y los gritos, ¿estamos seguros de que pueden ser buenos para nuestro bebé humano? Pero lamentablemente los riesgos no se limitan solo al ruido: el peligro más temible es la salmonelosis (lea aquí: Enfermedades de las tortugas transmisibles a los humanos: qué son y cómo evitarlas).
Esta enfermedad conlleva síntomas bastante genéricos, que en ocasiones pueden ser difíciles de relacionar con la salmonelosis: episodios de diarrea y vómitos, dolores de estómago y calambres, pero también altas temperaturas. Aunque probado para detectar el bacteria salmonelosis, las tortugas a menudo pueden dar resultados «falsos» o ser negativos cuando en realidad no lo son. Los centros médicos especializados en este tipo de enfermedades recomiendan encarecidamente evitar el contacto entre tortugas y niños menores de 5 años, personas ancianas o debilitadas y finalmente sujetos inmunosuprimidos o en condiciones ‘delicadas’ como el embarazo.
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Investigación sobre tortugas y riesgo de salmonelosis en niños
La Academia Estadounidense de Pediatría dio la alarma: una investigación realizada por académicos ha destacado cómo las tortugas no solo eran portadoras potenciales de gérmenes para los niños, sino también su agresividad hacia los más pequeños. Si se tocan y manipulan, estos reptiles pueden morder e incluso rascarse fácilmente. Aparentemente, el 11% de los casos de salmonelosis en niños son causados por tortugas, lagartos y reptiles mascotas (lea aquí: Serpiente mascota: todo sobre su nutrición y cómo criarla).
Tortugas para bebés: que hacer si queremos tener una
¿Simplemente no podemos resistir los dulces ojos de un niño que nos ruega que llevemos una tortuga a la casa? No hay problema, simplemente no dejes que lo toque y, si hay contacto, pídale que se lave las manos inmediatamente. Sin embargo, el contacto con estos animales también puede tener lugar no en casa, sino en parques naturales y zoológicos. Por eso es recomendable no perder nunca de vista al niño cuando camina solo por lugares como este. A pesar de que tortugas con caparazón de más de 10 cm parece ser más seguro, es una buena idea lavarse siempre las manos después de tocarlas: ¡pero esto se aplica a todos, no solo a los niños!
Francesca Ciardiello