Tiaji, la matanza regresa a Japón: por cada delfín reducido a cautiverio, 17 ejemplares morirán
Como siempre, vuelve la trágica cita con la masacre de delfines en la bahía de Taiji, en Japón. Cada año, de septiembre a marzo del año siguiente, el espejo del océano se convierte en un lago de sangre: el de la caza de delfines destinado tanto a los mercados de comida como de entretenimiento.
Desde hace varios años, asociaciones y organizaciones de bienestar animal intervienen sobre el terreno para desafiar esta práctica bárbara: cientos de pescadores se reúnen en la bahía e interceptan el paso de grupos de delfines, engañándolos mar adentro para canalizarlos hacia la bahía donde son aprisionados con las redes. Luego se realiza la selección de los ejemplares y los más «afortunados» se destinarán a acuarios y parques acuáticos que pueden pagar hasta 50 mil euros. un triste destino documentado el año pasado por una serie de fotografías con las que los activistas han mostrado el dramático camino de un delfín al mundo entero nacido en libertad y encarcelado brutalmente en acuarios, sometido a un estrés y sufrimiento sin igual, solo por entretenimiento.
El otro horror que denuncian las organizaciones de conservación de la fauna marina es la forma atroz en que se matan los delfines: es decir, los pescadores clavan una barra de metal en la columna vertebral del mamífero marino, provocando la muerte inmediata, aunque en la mayoría de los casos. En parte de los casos, los delfines mueren tras un sufrimiento insoportable, ahogándose en la bahía.
Uno a uno, frente a los ojos de los demás miembros de la manada de delfines, a veces frente a los mismos familiares, madres, tías o primas, los delfines muertos son arrastrados con una cuerda atada a la cola y llevados a los botes.
Los especímenes aún vivos son luego sacrificados permanentemente a bordo de los barcos.
Una cacería legal, apoyada por las propias autoridades locales que incluso han fortalecido el servicio de orden para contener las protestas y las intervenciones de los activistas del Proyecto Delfín siempre a la vanguardia desde hace varios años y en los últimos días ha documentado el inicio de la caza en su página de Facebook.
Los delfines muertos en Taiji, las cifras
Lamentablemente, a pesar de las quejas y la indignación del mundo entero, según lo informado por el Proyecto Delfín para 2017, las autoridades locales habrían permitido la pesca de 1940 ejemplares donde en 2016 se capturaron 1870 delfines pertenecientes a siete especies diferentes. Entre ellos, se vendieron 150 delfines a acuarios.
Obviamente, las organizaciones de bienestar animal recuerdan lo absurdo de esta matanza, destacando cómo desde el punto de vista alimentario el tallado de delfines es peligroso ya que contiene metales pesados como el mercurio. Desde el punto de vista del entretenimiento, gracias a la presión de las organizaciones de bienestar animal, el mercado de compra de parques acuáticos estadounidenses se ha derrumbado.
La organización internacional de conservación marina Keiko Conservation ha denunciado que por cada delfín que se reduce al cautiverio, se matarán hasta diecisiete especímenes en Taiji.
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