Tétanos en perros: causas, síntomas y efectos

Rara pero no imposible, es posible que el tétanos se presente en perros. Pero, ¿a qué se parece? He aquí cómo reconocerlo y tomar remedios efectivos.

Tétanos en perros
Tétanos en perros: cómo reconocerlo y tratarlo (Foto Pixabay)

Si bien siempre se nos ha dicho que los gatos y los perros son resistentes a esta enfermedad, esto es cierto hasta cierto punto. Ocasionalmente puede suceder que un perro no solo sea un ‘portador sano’ de esta enfermedad, sino que también sufra los síntomas. Los que son realmente muy sensibles a los efectos devastadores son los humanos y los caballos, especialmente en el cerebro. Pero si incluso los perros no están exentos de este riesgo, es necesario conocer no los síntomas pero sobre todo tener los medios para contrarrestar la patología antes de que sea demasiado tarde. Aquí tiene todo lo que necesita saber sobre tétanos en perros.

Tétanos en perros: algo de información sobre la enfermedad

Sabemos que es muy peligroso, pero ¿qué sabemos de esta enfermedad neurológica? Surge de una bacteria, la Clostridium tetani, y es en particular la tetanoespasmina, la neurotoxina responsable de los efectos en nuestro cerebro. Esta bacteria tiene una especie de protección externa, la espora, que le permite sobrevivir durante meses incluso en condiciones ambientales desfavorables. Cuando hay una herida abierta y profunda, las esporas ingresan al cuerpo y se abren para proliferar en el interior, creando toxinas. Los neurotransmisores que libera causan espasmos musculares y otros daños al sistema neuromuscular (lea más sobre las enfermedades musculares del perro aquí).

Las bacterias del tétanos no necesitan oxígeno para proliferar: una vez que se han desarrollado, secretan toxinas que ingresan al sistema nervioso periférico para llegar al central. Una vez que se logre, la rigidez y los espasmos comenzarán a ser evidentes.

Tétanos en perros: síntomas

¿Cómo reconocer si la enfermedad ha contagiado a nuestro querido Fido? Desafortunadamente, no es tan fácil identificarlo de inmediato debido al largo período de incubación que lo precede: de 5 días a tres semanas. Cada caso es único y depende de la profundidad de la herida, su distancia del sistema nervioso central, etc. La diferencia es que si en el perro una pequeña herida es suficiente para que penetren las esporas del tétanos, en cambio en el gato, que es más resistente, se necesitará una ‘abertura’ más grande. Estos son los principales síntomas de esta enfermedad en perros en forma localizada:

  • rigidez de una (o ambas) extremidades anteriores o posteriores,
  • herida cerca de la extremidad afectada por rigidez.

En la forma generalizada en cambio:

  • rigidez de las cuatro extremidades,
  • sin reflejos,
  • aumento del volumen muscular,
  • reacciones posturales mantenidas,
  • contracción (mueca de dolor) de los músculos faciales (también llamada ‘risa sardónica’),
  • taquicardia,
  • desplazamiento del ojo hacia adentro (enoftalmos),
  • dificultad para tragar (disfagia),
  • salivación excesiva (babeo),
  • estreñimiento,
  • retención urinaria,
  • dificultad para respirar y parálisis,
  • convulsiones y espasmos.

En los casos más graves, todos estos efectos también pueden provocar la muerte del animal afectado. Por lo tanto, un perro afectado por la enfermedad no puede estar de pie y permanece acostado para evitar sentir dolor. Si intentamos tocarlo, el perro siente un dolor intenso, ya que se desencadenan contracciones en todo el sistema muscular del perro. Todo su cuerpo parece rígido, incluso sus orejas, labios, dientes están bien cerrados (trismo mandibular).

Tétanos en perros: diagnóstico y consecuencias

Tétanos en perros
Tétanos en perros: la terapia más común y los efectos (Foto Pixabay)

El tétanos, como hemos mencionado, puede ser mortal si no se reconoce a tiempo y no es tratado por un veterinario. Para su diagnóstico, el médico deberá conocer el historial médico del paciente, incluidas las operaciones, los tratamientos farmacológicos, etc. Con un análisis de sangre y de orina, el veterinario podrá evaluar si la enfermedad está presente o no, en función del número de glóbulos blancos (indicativo de una infección). En la orina, sin embargo, puede haber un aumento de la mioglobina, una proteína muscular.

Las complicaciones de esta patología pueden ser fracturas de huesos largos, vértebras y cráneo, además de la proliferación de otras infecciones como cistitis y otras leves.

Terapia y tratamiento

Este será un procedimiento largo y costoso, ya que el perro a menudo necesitará ser hospitalizado en un centro veterinario especial. También tendrá que ser adoptado terapia con antibióticos de apoyo, para mantener las convulsiones y espasmos bajo control. La herida, por la que ha penetrado la infección, también deberá tratarse con instrumentos esterilizados y desinfectarse. Debe administrarse una antitoxina tetánica por vía intravenosa, después de la prueba, para evitar alergias.

Los antibióticos más utilizados en este caso son penicilina, metronidazol y tetraciclina. Durante el tratamiento se sedará al perro para no hacerle sentir dolor y evitar un agravamiento de la enfermedad, con diazepam o midazolam. Se requiere cirugía para extirpar el tejido necrótico y tratar los abscesos. Mejor reservar un lugar oscuro para el perro enfermo y alejado de los ruidos de la casa y del exterior; además, su falta momentánea de apetito puede hacer necesario intubarlos.

Las mejoras deben ser visibles desde la semana siguiente hasta un mes después de comenzar la terapia. Por supuesto, cuanto más grave sea la situación (quizás porque se descubrió tarde), menos fácil y rápida será la recuperación. No existe una vacuna contra el tétanos en perros.

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