Sometidos a mutilaciones sin anestesia: lo que no se dice de las granjas

Ciertamente no son imágenes que te dejan indiferente, sobre todo porque atestiguan lo absurdo de un sistema: el de la agricultura intensiva donde los animales no son considerados seres vivos, sino objetos destinados al matadero.

Es la otra cara de la explotación, aquella por la cual dentro de la cadena productiva se maltrata a los ejemplares destinados al mercado de alimentos y su bienestar pasa a un segundo plano.

Las organizaciones de bienestar animal siempre han denunciado la violencia de la que son víctimas los animales de matanza, sometidos a procedimientos inhumanos, sin que las empresas presten atención a sus condiciones de salud, al estrés al que están expuestos, así como a su sufrimiento y dolor.

He aquí entonces la organización internacional con motivo de las fiestas navideñas, época en la que aumenta el consumo de carne Misericordia por los animales compartió un video, uno de muchos, con el que denunció los horrores perpetrados dentro de las fincas.

En este caso, la organización quiso recordar algunos procedimientos dolorosos a los que se someten los animales, sin anestesia, solo para asegurar que sean más fáciles de manejar dentro de las empresas y menos peligrosos para los empleados que allí laboran.

Por ejemplo, según Mercy for Animalis, a los polluelos se les corta el pico, así como a los gansos, para evitar que se lastimen entre sí o a los trabajadores. Todo perpetrado de forma automatizada, aterrorizando a los pobres polluelos recién nacidos.

En el caso de muchas vacas, sin embargo, no sólo existe el corte de los cuernos, sino también de la cola, probablemente para mantener limpio al animal que se va a ordeñar. Los cerdos son cortados de caninos y castrados, todo sin anestesia, reafirma la organización.

Un escenario verdaderamente dramático y espantoso en el que estas criaturas no tienen salida. Tras la tortura, muchos ejemplares contraen infecciones e incluso en este caso, no existen tratamientos veterinarios, por lo que los animales mueren en condiciones deplorables.

Un sistema que perpetúa la violencia y el sufrimiento bajo la bandera de la producción y la ganancia económica. La dignidad de estos animales se viola a diario, mientras que quienes trabajan en ella se vuelven indiferentes al dolor y la barbarie a la que están destinados estos pobres animales.