Ser el mejor amigo de un perro: todos los secretos para convertirse en uno
¿Ser el mejor amigo de tu perro y corresponderle su afecto de la mejor manera? Aquí se explica cómo establecer y mantener la amistad con Fido.
No basta simplemente con tenerlos en casa para entablar una amistad que dure toda la vida. Aunque es un animal muy sociable y ama nuestra compañía, hay que ganarse el cariño de Fido, sobre todo si acaba de llegar a casa y somos principiantes como ‘maestros’. Si somos una buena compañía para él, nunca olvidaremos sus necesidades y nos esforzaremos por pasar todo el tiempo que tengamos con él, no será difícil que el perro nos abra su corazón. Esto es lo que debe hacer se el mejor amigo del perro.
El perro y el hombre: una larga historia de amor
Dada la relación casi simbiótica que se crea con tu amigo de cuatro patas, no es difícil imaginar que un perro sufra una especie de proceso que lo hace ‘antropomórfico’. La relación humano-perro tiene raíces muy profundas, que comenzó con los antepasados de los dos: el lobo y el hombre primitivo. Según algunos registros fósiles, parece que el fenómeno de la domesticación canina comenzó hace más de 33 mil años. Era una especie de ‘toma y daca’: el humano cuidaría al perro, cuidaría su dieta y lo criaría dentro de la comunidad, mientras que el perro le ‘devolvería’ el favor con su actividad como guardián y con el sus habilidades de caza.
Incluso hoy en día, la relación parece no haber cambiado y el perro continúa dando amor incondicional: a cambio solo pide cariño y comida. Su rutina diaria está marcada por actividades precisas, siempre las mismas, que a Fido le encanta compartir con nosotros. ¿Y qué podemos hacer para ser el mejor amigo que ha tenido?
¿El perro ‘elige’ al dueño?
En realidad, la respuesta a esta pregunta se encuentra en los orígenes del perro y, en particular, en su antepasado, el lobo. Como este animal, de hecho, el perro siempre ha sido acostumbrado a vivir en manada, junto con sus compañeros, abordando los problemas juntos y trabajando juntos para proporcionar alimentos para todos. Así que, en cierto modo, está acostumbrado a tener una guía de referencia, una capobranco. Y en lo que respecta al humano, también necesita reconocer en él una especie de guía, un líder de manada. Por tanto, incluso dentro del círculo familiar, el perro puede elegir un amo, la persona que habitualmente se encarga de alimentarlos o con quien establecen una relación de comprensión y afinidad (no por casualidad suele pasar con los niños). A veces es una especie de atracción que se desencadena hacia un miembro de la familia y no hacia otro: es una predisposición natural. Así que aquí están las razones que ‘empujan’ a un perro hacia un humano.
- Predisposición natural: se trata de afinidad, probablemente porque tienen características similares a las suyas. Si, por el contrario, parece que el perro tiene una actitud completamente opuesta a la del dueño, será necesario trabajar para encontrar un equilibrio para una convivencia pacífica.
- Experiencias previas: si el perro se ha acostumbrado en su vida a ser domesticado por mujeres, es probable que siempre se apegue a una figura femenina en la casa. Esto no significa que establecer una relación con otros miembros de la familia sea imposible, pero tendrá que trabajar.
- Más tiempo disponibleNo es una coincidencia que los perros elijan a menudo a pequeños humanos como compañeros de juego. Esto sucede porque en la agitada vida del adulto apenas hay espacio y tiempo para pasar con Fido, que en cambio parece mucho más fácil para los niños (Leer aquí: Niños: los juegos que pueden jugar con sus perros). De hecho, no es casualidad que los perros acompañen la vida de los miembros jóvenes de la familia desde la infancia hasta la edad adulta.
Ser el mejor amigo de un perro: todos los secretos
En realidad no es tan difícil conquistar el corazón de nuestro Fido: nos amará si siente que este sentimiento es correspondido y podrá mostrarnos una profunda fidelidad si necesitamos un ‘hombro para llorar’. Estos son los secretos para ser el mejor amigo de nuestro perro.
- Tiempo juntos: como siempre, antes de adoptar un perro, es recomendable evaluar la cantidad de tiempo disponible para dedicar a sus necesidades. Es importante, para establecer una relación profunda con Fido, tener tiempo para jugar, caminar, hacer ejercicio o simplemente quedarse en casa juntos para ver la televisión (Lea aquí: Los perros ven televisión: qué ven, por qué y qué programas ellos prefieren). No olvidemos que a los perros les encanta jugar y hacerlo con nosotros será aún más divertido. No importa lo que hagan, sino hacerlo juntos.
- Cuida sus necesidades: desde la nutrición hasta las visitas al veterinario. El vínculo es más fuerte con quien se encarga de darle de comer y le llena su cuenco. Nos convertiremos en personas especiales para él cuando estemos a su lado en momentos difíciles, por tanto problemas de salud o simplemente para suplir su soledad. Y aunque el perro no está dispuesto a ir al veterinario (lea aquí: El perro le tiene miedo al veterinario: así es como se le puede ayudar) debemos hacerle sentir nuestra presencia después de las vacunas, cirugías y otras cosas que a Fido no le gustan especialmente.
- Educación pero con respeto: está bien educar al perro, pero nunca use una actitud dura y, peor aún, violenta hacia él. Además de ser injusto, esto solo podría socavar la relación con Fido para siempre. Es importante armarse de paciencia, comprender el lenguaje corporal del perro y no apresurarse. No debemos esperar demasiado de él o que reciba los mensajes rápidamente, pero aprendamos a entender cuándo es el momento de parar, de lo contrario podríamos estresarlo.
- Entender el lenguaje corporal: a pesar de no tener la capacidad de expresarse con palabras, el perro con su cuerpo nos envía una serie de señales que nos tocará descifrar. Con el tiempo se volverá cada vez más sencillo pero es normal que al principio surjan dudas y perplejidades al respecto. Sobre todo si notamos que el perro está estresado o incómodo, intentamos entender el motivo de su malestar y evitarlo en la medida de lo posible.
- Cuidado de su higiene: Así como cuidamos de tu salud, será importante que prestes atención también a tu higiene personal. Desde el baño (leer aquí: El perro tiene miedo al baño: cómo poder lavar a Fido que teme al agua) hasta el cepillado del pelo todas las noches, es importante compartir estos momentos con tu perro. si no somos prácticos, al principio podríamos observar el comportamiento de un peluquero experto y quizás aprender a copiar sus gestos.
- Dale cariño y amor: A veces es más simple de lo que parece. El perro necesita sentir nuestra presencia física y sobre todo que estemos junto a él para protegerlo. El perro debe sentirse querido y mimado, pero también protegido.
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Francesca Ciardiello