Razas compatibles con el Pastor Ganadero Australiano: qué son y por qué

¿Con quién se lleva bien y con quién nunca debería convivir? Qué razas son compatibles con el Pastor Ganadero Australiano y por qué.

Alimentación del pastor ganadero australiano
(Foto AdobeStock)

Tener un perro en casa no solo significa cuidar su salud sino también cuidar sus relaciones ‘sociales’. Por eso es fundamental saber (quizás de antemano) cuáles son las razas compatibles con el Pastor Ganadero Australiano y que en cambio sería mejor evitar, para no crear problemas de convivencia. Aquí está todo lo que necesitas saber.

Pastor ganadero australiano: relaciones con humanos y otros animales

En realidad no se puede decir que no sea un ejemplar que no tenga que ver con otros animales, al contrario parece que su labor principal (la de guardián y guía del ganado) siempre ha hecho que esté en contacto con el rebaños de ganado.

Alimentación del pastor ganadero australiano
(foto de pixabay)

Por lo tanto, logra imponer su autoridad pero de una manera bastante ‘pacífica’: de hecho, el Pastor Ganadero Australiano nunca busca pelea y no se impone con arrogancia, pero esto no significa que se lleve bien con todos.

Una verdadera peculiaridad de esta raza es que es uno de los perros que mejor se lleva con los caballos: ¿se puede decir lo mismo de los perros?

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Razas compatibles con el Pastor Ganadero Australiano: cuáles son

Gracias a su carácter poco pendenciero y poco pendenciero, que comentábamos anteriormente, parece que esta raza es compatible con todas las razas de perros pero con una condición: que tengan la oportunidad de socializar desde cachorros.

Perro australiano del ganado
(Foto AdobeStock)

De hecho, experimentar con la convivencia antes de ‘imponerla’ siempre es una excelente idea, así como acostumbrar al perro a estar con otros en diversas ocasiones de encuentro, como en el parque o en otros lugares públicos.

Por lo tanto, no existen problemas particulares de convivencia pero podrían darse sobre todo entre perros del mismo sexo (el macho): de hecho, parece que no podrían llevarse bien porque cada uno tendería a imponer su autoridad sobre el otro.

¿Y con los gatos?

No se dice que la convivencia sea imposible, pero es importante que se acostumbren a la presencia del otro desde cachorros y que crezcan juntos.

De esta forma no se sentirán como dos ‘extraños’ a los que imponer su autoridad, sino como parte de un mismo grupo familiar (con todo el respeto al dueño ya toda la familia).

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Antonio D’Agostino