¿Pueden los perros comer naranjas? Beneficios y perjuicios de esta fruta de invierno
¿Pueden los perros comer naranjas? Responderemos a esta pregunta evaluando los principales beneficios y riesgos potenciales de esta fruta de invierno
Los perros son animales muy curiosos y sobre todo golosos, por lo que no debería sorprendernos que a nuestro perro le gusten especialmente las frutas. Sin embargo, no todos los tipos de frutas pueden ser buenos para nuestro amigo de cuatro patas.
En este artículo hablamos específicamente de una fruta cítrica: ¿el perro puede comer naranjas? Veamos juntos cuáles son los principales beneficios, pero también los riesgos potenciales, de administrar gajos de naranja a nuestro Fido.
Naranjas para perros: los beneficios
La naranja es una de las frutas más beneficiosas para el ser humano, gracias al contenido de vitaminas y fibras útiles para el organismo no solo de los humanos, sino también de los animales.
De forma similar a lo que ocurre cuando un perro come Apples, la naranja también aporta importantes valores nutricionales a Fido.
Específicamente, las naranjas son geniales fuente Vitamina C, de gran ayuda para fortalecer el sistema inmunológico y para reducir la inflamación.
La vitamina C es la principal elemento nutricional de esta fruta de otoño / invierno, esencialmente presente en la pulpa y el jugo. Para ser justos, hay que señalar que los perros normalmente son capaces de producir esta vitamina en particular por sí mismos, pero las investigaciones han demostrado que su suplemento en perros sanos (con autoproducción normal) y en perros enfermos, ancianos o estresados (con problemas en el crear la vitamina) tiene en cualquier caso beneficios significativos y múltiples.
Las naranjas también son rico en fibra y antioxidantes, que proporcionan un mayor apoyo al sistema inmunológico, contribuyendo así a la prevención de enfermedades y a reducir el dolor resultante de la artritis.
Pero no solo eso, la naranja de hecho:
- ayuda a la regularidad intestinal
- mejora el proceso de producción de nuevas células sanas
- previene el envejecimiento
- mejora la circulación sanguínea
- es refrescante
- hidrata durante los paseos y la actividad física
- también aporta vitaminas B1, B2 y E y provitaminas A.
En conclusión, el perro puede comer naranjas, pero es bueno administrarlos con moderación, ya que esta fruta también tiene riesgos potenciales para nuestro fiel amigo.
Naranjas para perros: los riesgos
Las numerosas ventajas de la naranja para el organismo canino no deben llevarnos a abusar de ella en la administración: Es importante ser moderado y gradual al introducir al perro en la dieta diaria.. Es mejor empezar con una pequeña porción y ver cómo reacciona Fido: si no muestra efectos negativos, puedes aumentar la cantidad, sin exagerar nunca, sin embargo, ya que el exceso anula los beneficios.
La cantidad correcta que se le debe dar al perro puede ser una o dos rodajas de naranja al día, aunque la dosis se modificará de acuerdo con la salud del perro y su edad.
Entonces es esencial prestar atención a quitar la cáscara, las semillas y los tallos naranja antes de ofrecérsela al perro: debe estar bien lavada y pelada. Las partes indicadas, de hecho, podrían constituir un peligro de asfixia para el perro y contienen aceites cítricos, potencialmente nocivos para su salud.
Problemas digestivos ya que los vómitos y la diarrea en los perros a menudo son síntomas de consumo excesivo de naranjas, provocada por los altos valores de ácido cítrico y azúcar que contienen. Los problemas con el sistema nervioso central y la formación de cálculos en la vejiga también son consecuencias adicionales del abuso de naranjas por parte de Fido.
Por último, se debe prestar especial atención a la administración de este cítrico a los perros que padecen diabetes: sigue siendo una fruta bastante dulce y, en consecuencia, puede elevar los niveles de azúcares y vitamina C en sangre.
El perro y el jugo de naranja
Una aclaración final sobre la posibilidad de ofrecer jugo de naranja en su lugar: el perro puede beberlo pero debe evitarse por dos razones principales.
La primera es que, al exprimirla, la naranja perdería su fibra, por lo que si por ejemplo estamos tratando de combatir el estreñimiento canino utilizando jugo de naranja, no lograremos el objetivo de esta manera.
En segundo lugar, exprimir la fruta acelera el proceso de digestión, por lo que los azúcares irán al torrente sanguíneo más rápido y esto favorecería el sobrepeso del perro. Este es un principio general que se aplica no solo a la naranja, sino a todo tipo de fruta, por esta razón es mejor darle al perro la fruta entera, en lugar de su jugo.
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RB
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