¿Pueden los perros comer avellanas? Pros y contras de esta comida
Fido no puede comer todas las frutas que ofrece el otoño. En este artículo averiguaremos juntos si el perro puede comer avellanas.
Cuando hablamos de frutas, el plato principal de la temporada de otoño es el seco: desde nueces hasta pistachos, desde almendras hasta anacardos. Fido también aprecia la variedad de frutas de temporada, pero no todas son adecuadas para su bienestar, y es bueno informarse antes de dejar que las pruebe. Averigüemos juntos si el perro puede comer avellanas.
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Variedad de la dieta de Fido
Fido, ya sabes, es un glotón enorme, y le ayuda el hecho de que es un animal omnívoro. En resumen, variar la dieta del perro puede y debe. ¿Qué debería comer? Carne, en primer lugar: la comida debe seguir siendo la base principal de su dieta.
Sin embargo, no deben faltar pescado, cereales, huevos, así como frutas y verduras. El perro es un gran amante de las frutas, pero en realidad hay varias que no puede comer. Entre los diversos manjares que ofrece el otoño están los frutos secos: deliciosos, saludables para el ser humano si se consumen en las proporciones adecuadas, son ideales para picar.
¿Pueden los perros comer avellanas?
Entre los alimentos más suculentos de frutos secos se incluyen las avellanas: son ricas en Vitamina e y son una panacea en la prevención de enfermedades cardiovasculares. ¿Y es lo mismo para Fido? ¿Pueden los perros comer avellanas? En realidad la respuesta es No, incluso si se deben hacer las aclaraciones necesarias.
La avellana no es venenosa para el perro: esto quiere decir que si ingiere un trozo de avellana por error o para tu distracción, no tendrás que correr al veterinario para ayudarlo. Sin embargo, las avellanas no son aptas para perros.
En primer lugar, por la relación beneficio-riesgo, que cuelga del lado negativo. Ante una ingesta nutricional sustancialmente nula para el perro, un consumo habitual o excesivo de avellanas conduciría a enormes desequilibrios para el animal.
Se trata de alimentos muy grasos, que afectarían al peso y provocarían obesidad. Tampoco se debe subestimar el riesgo de asfixia, especialmente si el perro ingiere la fruta, incluida la cáscara.
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Algunos consejos útiles
Como se mencionó, la avellana en sí no es venenosa para el perro, pero es bueno aprender a reconocer los síntomas de un posible malestar de Fido relacionado con el consumo de la fruta. Puede suceder, por ejemplo, que el perro coma una gran cantidad de avellanas sin tu conocimiento, colocadas en un lugar accesible para él.
Si Fido tiene dolor abdominal o síntomas de vómitos o diarrea, deberá llevarlo a su veterinario de confianza. Si el perro ha vomitado, es recomendable recoger una muestra de la sustancia rechazada, para facilitar el diagnóstico del veterinario, sobre todo si no has visto lo que comió.
Como siempre, la mejor arma es la prevención. Si le gustan las avellanas, tenga cuidado de guardarlas en un lugar al que el perro no pueda acceder.
Antonio Scaramozza