¿Pueden el gato y el loro vivir juntos? Los riesgos de vivir juntos

¿Pueden el gato y el loro vivir juntos? ¿Cuáles son los riesgos que pueden surgir en la convivencia entre las dos especies animales?

¿Pueden el gato y el loro vivir juntos?

(Foto de Adobe Stock)

Establecer una convivencia pacífica entre diferentes animales, en particular si pertenecen a diferentes especies, puede resultar muy difícil; en algunos casos imposible. ¿Pueden el gato y el loro vivir juntos? ¿Cuáles son los riesgos asociados a la convivencia entre los dos animales? Esto es lo que necesita saber al respecto.

Una convivencia dificil

“Creí haber visto un gato”: así era el eslogan del canario Piolín, uno de los dos protagonistas de la famosa caricatura que retrataba la relación entre gato y pájaro bajo la apariencia de depredador y presa respectivamente.

Mascotas exóticas que se pueden tener en casa (Adobe Stock Photo)
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Afortunadamente para nuestro Titti, el resultado siempre fue desfavorable para el ingenioso y al mismo tiempo desafortunado gato Sylvester; pero la realidad es muy diferente.

Si decidimos ampliar nuestra familia de amigos peludos y tener un gato en casa, la elección no suele recaer en un loro; y se aplica el mismo razonamiento de la parte inversa. LA riesgos Son bien conocidos: el felino fue definido por el gran Pablo Neruda como un pequeño tigre de salón, en la famosa “Oda al gato”.

Nunca fue una expresión más feliz: el gato, aunque domesticado por el ser humano, sigue siendo un cazador temible y letal para muchas especies animales, incluidas las aves. Entonces, ¿es absolutamente imposible que el gato pueda vivir en paz con el loro?

La web, en realidad, reporta algunos testimonios que dicen lo contrario; pero también es cierto que las probabilidades son bastante bajas.

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Que estrategias adoptar

Si las probabilidades son bajas, es cierto que se deben tomar algunas precauciones para que ocurra.

El gato esta desnutrido
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Como se mencionó, la naturaleza del gato es la de un cazador; y además el loro está sujeto a los suyos, intuyendo el peligro en presencia del pequeño felino.

Es fundamental acostumbrarse a la presencia del otro desde que eran cachorros; solo de esta manera hay posibilidades de que los dos animales puedan vivir en paz. Pero cuidado: el resultado es todo menos obvio.

Más allá de las predisposiciones genéticas, ya de por sí un obstáculo difícil de superar, hay que considerar que cada animal tiene su propio personalidad y el tuyo personaje; y es posible que no estén particularmente de acuerdo con nuestros planes de ampliar la familia.

los primera cita es fundamental, pero debe hacerse en condiciones de máxima seguridad: en nuestra presencia, preferiblemente con el loro en una jaula. Observaremos la reacción de los dos animales y decidiremos cómo proceder.

Si vamos a dejar al pájaro libre para que vuele por la casa, tendremos que analizar la reacción del felino: el vuelo del loro podría dar rienda suelta a sus instintos cazadores.

Si persiguiera al pájaro por toda la casa, no sería tan fácil restablecer la situación, considerando el entusiasmo del gato y el miedo del loro. Si, por el contrario, el experimento tiene éxito, podríamos intentar dejar libres al gato y al loro en el mismo entorno.

Sin embargo, cabe señalar que los nuestros serán necesarios supervisión durante mucho tiempo: el gatito puede acostumbrarse a la presencia del loro, pero no es seguro que con la edad adulta no cambie de actitud hacia el ave.

Incluso el gato corre sus peligros, aunque sólo sea de cachorro: ante su posible acercamiento, incluso por simple curiosidad, el pájaro podría reaccionar volando, pero también defendiéndose con sus garras; sin olvidar que el loro picotea, y dada la tierna edad del felino, puede causar heridas.

Si, por el contrario, no existen condiciones para establecer una convivencia pacífica, la única solución que queda es dejar que el gato y el loro vivan en dos ambientes separados, para que nunca se encuentren: pero ¿vale la pena?

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