¿Puede comer el gato las sobras del almuerzo? Consejos para tu salud
¿Cuántas veces le hemos hecho comer a nuestro gato las sobras de nuestro almuerzo? Averigüemos si existe algún riesgo para su salud.
El almuerzo del domingo, con sus delicias, es el momento de la semana que más esperamos. Pero esto no significa que sea lo mismo para el gato.
Aunque son alimentos sabrosos y acogedores para nuestro paladar, debemos tener en cuenta que pueden no ser para nuestro gato. Y también es importante tener en cuenta que algunos alimentos que ingerimos pueden resultar peligroso, e incluso venenoso, para el felino. Y en las sobras de nuestro almuerzo hay, y cómo.
Alimenta al gato con nuestras sobras: ¿por qué no hacerlo?
Antes de dar de comer al gato las sobras de nuestro almuerzo o con prisa, o porque nos olvidamos de comprar su comida, o porque incluso pensamos que al hacerlo le damos de comer alimentos más saludables (lejos de la clásica comida industrial para gatos) hay algunas cuestiones a considerar.
Primero debemos considerar y respetar los hábitos alimenticios del gato. Sabemos, de hecho, que es un tipo muy quisquilloso, al que le gusta seleccionar rigurosamente la comida para comer.
No solo porque tiene gustos “particulares y difíciles”, sino sobre todo porque sabe qué alimentos son perjudiciales para él y cuáles son capaces, en cambio, de satisfacer sus necesidades nutricionales diarias.
Los ácidos grasos, las vitaminas, los aminoácidos, las proteínas animales, por ejemplo, son esenciales para él todos los días. El gato necesita asimilarlos en las cantidades adecuadas, siempre. Si incluso uno de estos falta en su dieta, seguramente tendrá deficiencias.
Si en las sobras que queremos darle no hay carne, por ejemplo, ¿de dónde sacará la energía para afrontar el día? Y de nuevo, si sobra la pasta y queremos dársela en sustitución de la clásica «caja», ¿sabemos con certeza que el momento necesita carbohidratos complejos?
Los carbohidratos, o verduras, no son esenciales para el gato y hacer que los coma todos los días no es bueno. Intégralos en tu dieta en cambio sí, pero en las cantidades mínimas y correctas.
Por supuesto, a todos los gatos del mundo les ha ocurrido «tragar», ya sea por distracción o por curiosidad, algo que seguramente les hará daño, pero esta es una rara excepción. Y aparte de la excepción, la regla dice que el felino es atento, escrupuloso y poco propenso a cambiar cuando se trata de comida.
Además debemos centrarnos en la tipología de «Superávit» que le queremos regalar. Pensemos: las sobras son lo que queda de la comida que hemos cocinado exclusivamente para nosotros.
Este «plato» no solo puede no ser un alimento completo y equilibrado para el gato, sino que también puede contener sustancias que no puede digerir, que no son buenos para el, si no es realmente venenoso para él.
La sal, las grasas, las especias de sabor fuerte, los platos muy elaborados (una ración de lasaña, por ejemplo), sin duda hacen mucho daño a la salud de nuestro gato, si no envenenan.
Probablemente ni siquiera mire las sobras que queremos darle, pero definitivamente es crucial considerar lo que estamos a punto de ofrecerle como comida.
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Tomemos algunos ejemplos
El gato es carnívoro y nosotros somos omnívoros, un requisito previo imprescindible. Así como es fundamental saber qué alimentos prohibidos para nuestro gato.
¿Algunos ejemplos? Dañinos son el chocolate y el alcohol (obviamente), así que si planeas «pasarle» ese pedacito de pastel de chocolate que queda en la bandeja, sácalo de tu cabeza.
L ‘Pasas? No, absolutamente no. Si alimenta a su gato incluso con un poco de panettone sobrante, corre el riesgo de provocarle diarrea y vómitos, o incluso dañar los riñones.
Si el albóndigas¿en lugar? No. Están demasiado sazonados, no es absolutamente un sobrante que pueda ser bueno para nuestro gato. Así como la carne picada que sobra en su preparación. Allí carne cruda puede contener parásitos y bacterias, es mejor evitarlo.
Solo si no podemos resistirnos a dejarle al menos probar un poco de carne, entonces damos preferencia a unos trozos de bife o pollo asado, pero no condimentado, por favor.
También deben evitarse todos salchichas. Pensar en dejarle la mitad de nuestro sándwich de salami que nos sobra para el almuerzo está mal. La pimienta y grandes cantidades de sal son perjudiciales para los gatos. El envenenamiento es casi seguro.
Si realmente queremos hacer una excepción a la regla podemos darle como máximo una loncha de jamón cocido o de pavo o pechuga de pollo. O unos trozos de salchicha siempre de pollo o pavo (nunca, y repito, absolutamente nunca de cerdo). Pero si los hierves primero, mucho mejor.
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Para el pez, se aplica la misma regla. Si se cuece al vapor, o simplemente en una sartén sin añadir aromas ni especias particulares, sí, se lo podemos dar. Aún mejor si es pescado blanco, más digerible para nuestro gato.
Y si queda un poco vegetales? Como se mencionó anteriormente, el gato no lo necesita, pero en ocasiones integrarlo en su dieta solo le puede hacer bien, aportando a su cuerpo fibras y algunas vitaminas extra. Pero solo verduras hervidas y además de su «caja». Preferimos calabacín, guisantes, zanahorias, espinacas, el gato los prefiere mucho.
El último ejemplo está relacionado con queso. Esta es una de las sobras que le gustan a los gatos. No está prohibido hacerle comer, pero es fundamental que sea en pequeñas dosis y siempre además de la comida de su bebé.
Como se ha señalado, es difícil y complicado establecer qué tipo de excedente para poder alimentar a nuestro gato. Pero si de verdad queremos reemplazar su dieta «comercial» por la «casera», podemos hacerlo, siempre que sea completa y equilibrada.
Rossana Buccella