Pubertad en perros: que es, como ocurre y como lidiar con ella
Todos los cachorros están destinados a crecer a través de una fase delicada de la vida. Averigüemos qué es la pubertad en los perros y cómo lidiar con ella.
Adoptar un lindo cachorro es como convertirse en padre: amor incondicional, que no se puede explicar. La primera comida, el primer baño, los relajantes paseos por el parque, los abrazos en el sofá: momentos inigualables.
Pero lamentablemente esta fase inicial, donde todo es bello y placentero, está destinada a terminar: los cambios de apariencia, carácter, emocional y de comportamiento indicarán que nuestro perro esta creciendo.
Nuestra autoridad será probada, al igual que nuestra paciencia. Fido se involucrará en comportamientos extraños e inusuales., tenderá a ser más autónomo y querrá descubrir la realidad que lo rodea solo, sin querer más nuestra «supervisión».
Esta fase, que lo llevará a ser un adolescente de pleno derecho, tiene un nombre específico: pubertad. Un período rebelde, donde el perro, que ya no es un cachorro, reacciona de manera diferente y con más emoción a los estímulos externos.
Siente que quiere cuestionar todo lo que ha aprendido de nosotros, las reglas que hemos establecido y casi sin querer escuchar mas a nuestra autoridad.
Seguirle el ritmo durante esta fase es fundamental para orientarlo y educarlo mejor. Para hacer esto, sin embargo, debemos entender que es la pubertad en los perros, cómo se manifiesta y cuáles son las “reglas guía” que debemos seguir.
Pubertad en perros: que es y cuando empieza
Al igual que nuestros adolescentes, en esta etapa tan importante de la vida, Fido se vuelve rebelde.
Pubertad en perros es una ventana a su futuro mundo adulto. Es un momento muy ocupado para nosotros e importante para él: Fido da forma a su carácter, su personalidad, define sus límites, construyendo nuevas bases de convivencia y socialización.
Este periodo ve su comienzo cuando el cachorro pierde sus dientes de leche, preparándose para la aparición de los permanentes: generalmente en las razas pequeñas la pubertad comienza alrededor de los 6 meses de vida, mientras que en las más grandes a los 12 meses. ES termina con la consecución de la madurez sexual.
Durante la pubertad nuestro amigo de cuatro patas es difícil de manejar, esto se debe a que están activos en él. cambios hormonales y fisiológicos lo que lo llevó a cambiar su apariencia y carácter:
- en nuestros ojos parecerá inquieto, caprichoso, desobediente: un verdadero rebelde, que ya no quiere descubrir ni hacer cosas con nosotros;
- en sus ojos la realidad que aparece ante él es nueva, cada estímulo es más fuerte y capta su atención y curiosidad con más énfasis.
Es importante entender que no se comporta así por malicia. Fido solo está siguiendo este proceso natural, y es nuestra tarea hacerle vivirlo de la mejor manera: con mucha paciencia y un mayor esfuerzo evitaremos que asuma malos hábitos y conductas.
Como se manifiesta
La pubertad en los perros es una de las etapas más desafiantes del desarrollo de un perro: casi parece que su único objetivo es poner a prueba continuamente nuestra paciencia y superar todos los límites que le hemos impuesto.
En este «período extraño» Fido asume comportamientos inusuales, no respeta las reglas y mandamientos, quiere ser completamente autónomo: ya no es un cachorro, está creciendo, listo para convertirse en adulto y escuchar todos los cambios hormonales, químicos y neuronales dentro de su cuerpo.
La pubertad ve el logro de la madurez sexual como una meta, en Fido una vida real cobra vida modificación hormonal: en el macho hay la primera marca con la pata levantada, en las hembras el primer celo.
No es difícil para nosotros notar estos cambios, pero entendamos realmente lo que le sucede a nuestro perro a nivel hormonal y conductual:
- la hormona del bienestar, la serotonina verá una reducción drástica en su producción;
- la adrenalina, el neurotransmisor del sistema nervioso simpático, se disparará elevando el nivel de alerta en Fido;
- la hormona liberadora de gonadotropinas se desarrollará activando los órganos sexuales: veremos el aumento de testosterona en el macho y de estrógeno en la hembra;
- la hormona del placer, la dopamina verá aumentar la cantidad de sus receptores, influyendo más en el cerebro de Fido y de forma positiva;
- el cortisol, la hormona del estrés, alcanzará picos muy altos: el perro se molestará repentinamente por ruidos fuertes.
Todo este «desequilibrio» destacará cambios inesperados e incomprensibles en el comportamiento de nuestro perro. El cual actuará de manera diferente a todas las situaciones que anteriormente, de cachorro, ya había vivido:
- cuestionará nuestra autoridad;
- empezará a no obedecernos, volviéndose insolente;
- ya no querrá estar solo en casa, provocando todos los síntomas deansiedad de separación;
- marcará el territorio más a menudo;
- controlará y defenderá sus espacios, su comida y sus juegos, asumiendo una actitud agresiva;
- su relación con las personas y con otros perros cambiará, en algunos casos los verá como enemigos;
- aumentarán su confianza y determinación durante nuestros paseos, manteniéndonos bien alejados de nosotros;
- tomará decisiones de forma independiente, ya no seguir nuestros mandamientos;
- pero será más fácil de animar;
- estará distraído, apático e indiferente a todas las solicitudes que realizamos.
Estos son los comportamientos que asumirá nuestro perro durante la pubertad. Será difícil y complejo atravesar esta fase junto a él., pero con la calma, coherencia y firmeza adecuadas en nuestras decisiones podremos «transportarlo» de la mejor manera hacia la edad adulta.
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Qué hacer para afrontar la pubertad en los perros
«Reeducar» a un rebelde, especialmente a un amigo de cuatro patas, es una tarea muy delicada, compuesta por desafíos y determinación.
Para evitar que Fido se apodere de nosotros durante esta fase es fundamental adoptar reglas precisas, claras, coherentes y constantes.
Estos son algunos reglas útiles a seguir para superar mejor la pubertad en los perros y encontrarnos con un excelente y educado adolescente de cuatro patas a nuestro lado:
- que entienda quién está a cargo: el perro nunca debe dominarnos, debe aprender a comprender que nosotros decidimos;
- nunca debe faltar la constancia y la coherencia: entrenarlo como un cachorro fue un desafío y en esta fase turbulenta no debemos rendirnos, pero debemos seguir consolidando los mandamientos que le enseñamos, sin cambiar de actitud hacia él, pero mostrándole solo más firmeza;
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- mostrémosle seguridad: Fido debe confiar en nosotros, debe sentir que lo protegemos. En caso de peligro, pongámonos frente a él manteniendo la calma y la seguridad, también se las pasaremos a él;
- asegurémonos de que descarga toda la energía que tiene: un perro cansado es ciertamente más feliz. Juguemos con él y fomentemos momentos de encuentro con otros perros: de esta forma no solo socializará sino que consumirá toda su energía y ya no querrá destrozar el sofá de casa, por ejemplo;
- mantengamos la calma: a veces sentiremos que estamos perdiendo la paciencia, pero tenemos que ser más fuertes. Paciencia, apoyo, calma le harán comprender que debe afrontar con más tranquilidad las diversas situaciones que se le presenten;
- no lo castiguemos: levantar la voz o ponerlo en castigo no resuelve la situación, no apacigua su rebelión, pero aumenta el miedo en él, con el agravante de que no hará lo que se le pide;
- vamos a recompensarlo: aunque le lleve algún tiempo hacer algo o reaccionar ante una orden, démosle un regalo de todos modos, lo verá como un cumplido, sentirá que lo estamos animando y poco a poco será más fácil para él responder rápida y voluntariamente a nuestras solicitudes.
El compromiso es fundamental para acompañar a Fido en este «crecimiento», la etapa de la pubertad pasará y solo gracias a nosotros se convertirá en un adulto feliz y más seguro de sí mismo. Eso sí, si este camino te resulta más complicado, consulta a un formador profesional.
Rossana Buccella