Por qué los perros y los gatos no se llevan bien: la verdadera razón
Nos han enseñado esto desde una edad temprana: los perros y los gatos realmente no se llevan bien. Pero, ¿por qué esta antipatía? Te lo explicamos.
Como nos enseñan los dibujos animados, las películas, las novelas y los cómics, no es posible que un perro y un gato hagan amigos. Por supuesto, esta afirmación es muy exagerada, ya que muchas veces pueden convivir muy bien, pero ¿de dónde viene esta rivalidad?
Una antipatía ahora histórica
A pesar de que algunos dueños de perros y gatos lograron que sus mascotas se llevaran bien, se sabe que siempre ha habido poca serenidad entre estos pequeños peludos.
En realidad, las razones por las que nuestros amigos de cuatro patas son bastante reacios a hacerse amigos son varias.
La primera razón, según los científicos, es la forma en que estos dos animales se comunican: totalmente diferentes entre sí.
La evolución de perros y gatos, de hecho, ha llevado a estas dos especies a desarrollarse un idioma propio, movimientos y actitudes tanto vocales como físicas.
Basta pensar en el uso de la cola entre estos dos animales. Los perros usan la cola para comunicar la felicidad, moviéndola con entusiasmo, mientras que los gatos la mueven para comunicar un sentido de defensa.
Es fácil comprender cómo los dos animales pueden por tanto malinterpretar este comportamiento, pero no es el único ejemplo.
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Las muchas diferencias entre perros y gatos
No solo perros y gatos se comunican de manera muy diferente entre ellos (formas que los humanos hemos aprendido a comprender, al menos en parte).
De hecho, existen muchos comportamientos que en estos dos animales son totalmente diferentes, resultando en momentos de tensión y una agresión aparentemente desmotivada.
Pero no solo eso: la evolución de estas dos especies fue muy diferente. Y es precisamente este aspecto el que crea el mayor motivo de desagrado y rivalidad.
El perro desciende del lobo, de hecho, como es bien sabido. Estos siempre han sido animales de grupo, que aman la compañía de otros animales y establecen jerarquías.
Esto significa que los perros buscan una «manada» incluso en la familia, de la que se ponen muy celosos, como es fácil ver en su comportamiento con los humanos.
Los gatos, por otro lado, son por naturaleza muy independientes. Este felino caza en la naturaleza y vive solo, en total soledad. No le gusta el juego en equipo, se puede decir.
Solo tenga en cuenta que por mucho que nuestros gatos domésticos se apeguen a nosotros, solo buscan a sus dueños cuando los necesitan.
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De hecho, muchas personas confunden esta independencia con la falta de afecto de un gato, pero este no es el caso.
Por esta razón, cuando un perro y un gato se encuentran viviendo juntos o muy juntos, las diferencias evolutivas se sienten con mucha fuerza.
Y es así como se crea esta antipatía entre nuestras mascotas: de ahí este problema de la relación entre perros y gatos.
Y así, si nuestros perros peludos logran llevarse bien, felicitémonos por el excelente trabajo que hacemos como maestros: ¡ciertamente no es fácil!
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