Perro en la ciudad: todas las reglas válidas en los lugares de la metrópoli.
¿El perro y la vida urbana parecen una combinación imposible? Sin embargo, hay reglas de oro para educarlo para vivir en las distintas áreas de la ciudad: ¡aquí están!
La imagen del perro que solo puede vivir en grandes espacios de campo, entre árboles y mucha vegetación, ha desaparecido. Nuestros amigos de cuatro patas se adaptan cada vez más a uno estilo de vida metropolitano entre coches, tráfico y espacios reducidos como los de un apartamento. Pero no todas las razas de perros son aptas para vivir en una casa y sobre todo compartir espacios que ya son incómodos y pequeños. Entonces, aquí están las cosas que debe saber antes de adoptar un perro para que viva en la ciudad.
Vivir en la ciudad: lo que significa
Ante todo no se trata solo de adaptarse a los espacios, al ruido y estrés de la agitada vida de la ciudad, pero también es una cuestión de convivencia. Compartir espacio en un apartamento con tu dueño u otros animales no siempre es una aventura fácil de emprender. Y luego depende de la raza que tenga más probabilidades de adaptarse al apartamento. También significa entretener buenas relaciones de vecindad con los que tienen tantos animales, pero sobre todo con los que no tienen y no les gusta tener ‘molestias’ de ningún tipo. Así que para evitar toparse sanciones administrativas, multas o simplemente crear tensas relaciones entre vecinos, es bueno indagar sobre las reglas del lugar antes de adoptar un amigo de cuatro patas. De hecho, los Municipios han emitido una serie de Ordenanzas y reglamentos que rigen la vida canina en la ciudad: desde el paseo hasta el uso del transporte público, todo está previsto en el normas civiles de buenos modales.
Perro en la ciudad: un proceso educativo
Trasplantar un perro a una casa no significa simplemente reservar una cama o una perrera, hay mucho más que considerar. Pero a menudo el proceso educativo debe comenzar con el propietario, no del animal. Para empoderar a los propietarios, nació una asociación, la Federación Italiana de Deportes Caninos, que se encarga de socializar al hombre y al perro a través de cursos específicos. De esta forma el propietario sabrá cómo educar a su amigo de cuatro patas para que entre en actividades públicas, como bares y restaurantes, pero también cómo utilizar el transporte público. Los perros serán evaluados en diversas circunstancias, como salir del automóvil o entrar a una tienda y cada actitud recibirá una calificación.
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El perro en la ciudad: como debe comportarse
La actitud del animal debe ser siempre tranquilo y pacífico, precisamente para no causar daños o molestias a otras personas que utilicen el servicio o ese espacio. Debe ser siempre al lado del maestro y de ninguna manera debe ser intrusivo hacia otros adultos o niños presentes. Es fundamental que en la base haya un gran respeto por las reglas impuestas por el dueño: el animal debe reconocerlo como una figura a la que obedecer. De esta forma podrá afrontar cada situación con la calma y tranquilidad adecuadas, también porque con él está el maestro que le da seguridad.
Las reglas en los espacios verdes públicos
En cuanto al tiempo de caminar por las calles y lugares verdes, como parques y jardines públicos, el Ministerio de Salud ha establecido una serie de reglas a respetar para poder atenderlos. Es bueno que el propietario lo sepa para evitar incurrir en multas muy elevadas.
- Use un bozal: tanto por la seguridad personal como por la de otras personas, es fundamental que el propietario Lleva siempre un bozal para ponerle al perro no solo en caso de peligro sino también cuando existe un cartel que establece la obligación. En el caso de perros agresivos con hábito de morder, también es necesario seguro de responsabilidad que protege a terceros de los posibles daños que pueda generar el perro.
- Obligación de correa: hay algunos espacios donde es posible dejar al perro libre para correr y divertirse. Pero hay otras áreas en las que el perro debe mantenerse atado y a una longitud no superior a un metro y medio.
- Traer kit de limpieza: A menudo, sacar al perro es sinónimo de hacer que haga su trabajo al aire libre. Pero absolutamente no debemos olvidar que también es necesario limpiar la zona que sirve de ‘baño’ de nuestro Fido. Armemos de bolsos, guantes y pala para recoger su excremento antes de que alguien lo pise inadvertidamente.
Las reglas en los lugares verdes reservados.
Tener disponible una zona reservada para perros no significa hacer lo que nos gusta o dejarla sucia después de usarla. Por lo tanto estas reglas, como de costumbre, se aplican más al propietario que al animal mismo, que tiene todo el derecho a comportarse como tal. Por eso, en las áreas verdes reservadas para los animales, el ser humano debe observar estas ciertas reglas de buena convivencia.
- Vacunar al perro: antes de utilizar espacios en los que el perro entre en contacto con sus compañeros, sería recomendable respetar el calendario de vacunaciones contra parásitos externos, así como para evitar la propagación de enfermedades infecciosas.
- Registrar el perro: es obligatorio registrarlo lo antes posibleRegistro canino, y que también le implante un microchip para encontrarlo lo antes posible si se pierde.
- Limpiar los excrementos: ¡repetirlo nunca está de más! Una vez que el perro haya cumplido con sus necesidades, el dueño deberá recolectarlos para evitar que transmitan enfermedades y zoonosis.
- No caminar para perras en celo o perros agresivos: ambas situaciones someten al perro a estrés o ponen en riesgo su seguridad y la de los demás. Entonces primero tenemos que entrenar a un perro agresivo o esperar a que la perra no esté en la fase de celo si queremos llevarlos a estos espacios.
- No introduzcas objetos: juguetes, pelotas pero también alimentos y snacks pueden dar lugar a celos y, peor aún, peleas reales por celos o deseos de posesión. Así que es mejor evitar tener que dividir a dos perros peleando.
- No lo mantengas atado: Sentir este vínculo constante de ‘sumisión’ al dueño a través de la correa podría poner a nuestro perro nervioso y agresivo en detrimento nuestro y el de los demás. Así que dejémoslo libre para correr y liberar su energía antes de encerrarlo nuevamente en la casa.
- Respeta los horarios: cuando las áreas reservadas son bastante pequeñas es importante que todos tengan el mismo derecho y el mismo tiempo para usarlas. Si tenemos que hacer espacio para otro maestro con su Fido, tomamos el nuestro y nos vamos.
Las reglas en lugares públicos
A menudo nos enteramos de tales ejercicios. bares, restaurantes y supermercados un cartel o escrito que prohíba la entrada a nuestros amigos de cuatro patas. De hecho, la legislación es muy estricta en cuanto a la prohibición de que los perros vayan a los lugares donde se exhibe comida, pero mucho depende del dueño de la tienda o bar. Entonces, si el gerente no está en contra Para tener perros en su habitación, es obvio que siempre se deben respetar algunas reglas civiles.
- Mantenlo bien y atado: esto sirve para no causar daños o molestias a los clientes. El perro debe mantener la calma y la calma para evitar situaciones peligrosas que involucren a terceros. También debe limpiarse para evitar el riesgo de zoonosis y enfermedades infecciosas.
- Evita las mesas con otros perros: el encuentro con otros animales podría desencadenar peleas o efusiones que podrían molestar a los invitados. Así que si notamos una mesa con otros animales es bueno elegir una más alejada. Asimismo, cuando nos sentamos, es de buena educación preguntar si alguno de los ocupantes está alérgico al pelo de perro y si es así, muévase inmediatamente.
- No le des comida: no es el caso de darle las sobras de nuestra comida como si estuviéramos en casa. Es importante que el perro tenga su merienda y que tenga la oportunidad de dar un paseo ‘digestivo’ entre uno de nuestros cursos y otro.
Las reglas del transporte público
Las normas sobre los medios de transporte son diferente dependiendo de la ciudad, pero en principio el perro puede subir a autobuses, trenes, etc. sólo si tiene bozal y si se mantiene con correa. El principio básico es siempre el mismo: no dañe a otros pasajeros. En cuanto al precio del billete, en Turín, Nápoles y Palermo elacceso gratuito a perros pequeños en transporte público, siempre con correa y bozal. En Roma y Milán, los perros pueden subir por una tarifa. pero en el metro deben ocupar el primer vagón o el último (en la capital), mientras que en caso de hacinamiento en las horas punta, se podría negar la entrada al perro.
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