Niños y animales: por qué dejarlos crecer juntos

niños y animales
Niña interactúa con un perro

El crecimiento equilibrado de un niño implica no solo a él desarrollo cognitivo pero también el de su facultades empáticas a través de numerosos estímulos. yo beneficios de un animal en la vida de uno familia son numerosos y sobre todo cuando hay dioses dentro menores, la presencia de una mascota contribuye a mejorar muchos aspectos del vida física y psicológica del niño. En el caso de un hijo único, no se trata solo de llenar un vacío por el que un animal podría llegar a ser un amigo, un compañero de juegos, un aporte emocional. De hecho, no todos los animales pueden tener una disposición traviesa. Es importante evaluar el tipo de animal basándose también en el carácter del niño.

No todas las familias tienen la oportunidad de tener una mascota en casa. Debemos tener en cuenta los compromisos diarios y ser conscientes de que un perro, un gato o un simple pez de colores requieren compromiso y atención, además de los costos para su mantenimiento y su salud.

Niña acaricia a un perro

Sin embargo, por el bien de los niños, los pequeños sacrificios podrían resultar de gran ayuda en su crecimiento. De hecho, introducir un animal en la casa es un «proyecto educativo» que ayudará al niño en su crecimiento psicofísico y desarrollará sus sentidos y descubrirá emociones sensoriales. Que sean táctiles por caricias, auditivas al oír los sonidos que emite el perro, pero también visuales en movimiento, olfativas.

Un animal no es un juguete desechable, es de por vida y necesita cuidados, atención, cariño pero también ser respetado.

Lo primero es enseñar a los niños a respetar al animal. A partir de este simple concepto, ya se ha iniciado un proceso educativo para el menor que no solo aprenderá a conocer el lenguaje del animal, a interactuar con la especie y a cuidar al animal sino también a no traspasar ciertos límites, respetando la naturaleza del animal. animal y sus necesidades.

Esto significa que el niño aprende a asumir responsabilidades y, en consecuencia, esto conducirá a un aumento de su autoestima.

Porque los niños tienen que crecer con un animal

Hay varios beneficios para los niños que viven con un animal, que podría ser un perro, por ejemplo. Tanto desde el punto de vista físico como psicológico.

Salud física: niños que viven con animales

Niño descansa con un gato

Lucha contra el sobrepeso

Cuidar de un animal significa un compromiso físico del niño. No es sorprendente que los niños que tienen un perro tengan un 50% menos de probabilidades de tener sobrepeso. Jugar con el animal, llevarlo a pasear y cuidarlo, tal vez cepillarlo o alimentarlo, ocupa al niño que tendrá que moverse para que su perro se sienta bien.

Lucha contra las alergias

Se ha demostrado que cuando los niños desde temprana edad conviven con animales, se reduce el riesgo de volverse sensibles a las alergias. El perro llevará al niño a llevar una vida al aire libre, ayudándole a desarrollar sus defensas inmunológicas.

Reducción de estrés

Desde el punto de vista psicofísico, la presencia de un animal en la vida de un niño contribuye a reducir el estrés y ayudarlo a superar los momentos difíciles. La presencia de un animal es un sedante natural para los bebés. Por ejemplo, se ha demostrado que el contacto con un animal reduce la presión arterial y la presión arterial en la terapia con animales.

Niños de salud psicológica con animales.

Niña en compañía de un perro

Otro elemento importante en la vida de un niño es el de su desarrollo cognitivo y psicológico. Los animales en este sentido tienen muchos más beneficios de los que uno podría pensar y son válidos. Soporte emocional.

Sentido de protección infantil

Los perros, por ejemplo, son criaturas leales a la manada. Protegen contra peligros y previenen riesgos para el niño, como el ataque de otros animales o el peligro de personas armadas con malas intenciones. Esto inculca en el niño una sensación de seguridad que en una fase de descubrimiento emocional resulta fundamental para prevenir posibles hechos traumáticos que pudieran marcar su delicada psique.

Sentido de responsabilidad

Otro elemento fundamental para el crecimiento de un menor será el de
compartir con los padres el manejo y cuidado del nuevo animal que será parte de la familia. Cuidar de un animal significa asumir la responsabilidad de un niño. Esto tiene consecuencias en la autoestima, fortaleciendo su carácter y al mismo tiempo enseñando al niño a no concentrarse solo en sí mismo sino a prestar atención a su entorno. Empoderar a un niño significa mejorar su sociabilidad con los demás y relacionarse con otros niños.

Acepta la diversidad

Descubrir el lenguaje de los animales que tienen otro tipo de comunicación y aprender a respetarlos en la diferencia ayuda a inculcar en el niño un sentido de diversidad. Este elemento desarrolla el canal empático y de esta manera el niño aprenderá a comprender mejor sus propias emociones y las de los demás y a aceptar las diferencias e integrarse mejor en un grupo.

Niños: a que edad tener un perro

Niño con un perro

Todo depende de la familia, de los compromisos y la disponibilidad en la gestión del núcleo. Sin duda, para los expertos, 4 años es la edad adecuada para introducir un animal en la vida de un niño. Se sugiere un perro ya que la interacción es más rápida basada en la domesticación del perro, que siempre ha estado al lado del hombre.

Es importante evaluar el tipo de raza canina, tanto en base al entorno en el que tendrá que vivir (casa con jardín o apartamento) como en las cualidades específicas de la raza que tiene mayores aptitudes con los niños. Es decir, algunos perros son más pacientes, tranquilos, juguetones que otros. Se necesitan perfiles de personajes para mantenerse en contacto con un niño.

Ver -> Las mejores razas de perros para niños

Después de los 4 años, el niño comienza a aprender no solo a través de la imitación, podrá hacer correlaciones y comprender cómo interactuar con el animal:

  • entenderá que el perro no es solo un juego
  • puede empezar a cuidar del animal
  • podrá comunicarse con el perro

Explique los animales a los niños

Niño cuida de un perro

Una de las recomendaciones esenciales es enseñar primero a respetar a los animales para que establezcan una relación equilibrada con su compañero de 4 patas.

En primer lugar, los adultos deben dar ejemplo a partir de la elección del animal. Comprar un perro de pura raza solo por capricho del niño o por moda significa acercarse al reino animal de forma superficial. Privar al animal de cuidados, cariño y maltrato no solo es un mal ejemplo sino que son verdaderos delitos. El animal debe ser respetado en su especie y por tanto ni siquiera humanizado.

Acercar a un niño a un perro significa explicarle cómo funciona un perro, qué hace, cómo expresa su alegría, las señales agresivas pero también las necesidades del perro.

Los niños deben entender que es un animal y por eso siempre es impredecible. Que hay cosas que aprecia y otras que odia.

  • enseñar a los niños a no fastidiar al animal
  • no tirar de su cola
  • no golpearlo
  • enséñale al niño los espacios del animal
  • no molestarlo mientras come
  • no sacar objetos de su boca o cuando estén en su perrera
  • enséñale a no reprimir al perro cuando está libre
  • no tirar innecesariamente de la correa

Para más información -> Enseñar a los niños a acercarse a un perro

Animales y niños: los riesgos

Bebé es lamido en la cara por un perro

Es obvio que un animal implica pequeños sacrificios mayores en cuanto a higiene y puede exponer al niño a diversos riesgos.

Riesgos relacionados con la naturaleza del animal

  • El gato se rasca por naturaleza y el niño que juega con el animal podría lesionarse.
  • El perro es impetuoso cuando juega y podría provocar la caída del bebé
  • Se trata de animales que cuando se sienten amenazados o tienen dolor o por celos del cuenco pueden incluso morder.
  • Los perros pueden tener celos del dueño y defenderlo, por ejemplo, si ven al niño corriendo hacia el padre podrían percibirlo como un peligro.

Lea también–> Cómo evitar que un perro ataque a un niño

Riesgos relacionados con bacterias animales

Es inútil negar que los animales no son portadores de infecciones. En realidad, las zoonosis o enfermedades que pueden transmitirse de animales a humanos son pocas y en parte no son peligrosas. Se trata en su mayoría de infecciones bacterianas que, sin embargo, no deben pasarse por alto.

Para ello es importante enseñar higiene al niño que debe lavarse las manos después de tocar al animal.

Entre las enfermedades más comunes:

  • Enfermedad por arañazo de gato, una infección bacteriana que provoca el agrandamiento de los ganglios linfáticos
  • La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria causada por el parásito. Toxoplasma gondii
  • Puede ocurrir dermatitis hongos, Las vigas, O acari, Sarna.
  • Los niños pueden contraer pulgas mi garrapataspero no piojos, que manifiestan molestias como picazón
  • Las aves portan parásitos llamados Psitacosis por eso es importante mantener limpias sus jaulas.

Lo importante es prestar atención y asegurar un mínimo de higiene a la casa y al niño.

Lea también–> ¿Qué enfermedades podemos contraer por la orina de nuestro perro?

Cómo un animal cambia la vida de un niño

Niño en simbiosis con el perro

La relación que se establece entre un animal y un niño puede ser verdaderamente única. Observar la reacción del niño a lo largo del tiempo y el tipo de interacción con el animal ayuda a comprender el estado emocional en el que se encuentra.

Por ejemplo, si un niño comienza a maltratar a un animal, expresa una angustia psicológica que debe ser entendida por los padres. En el caso de que los retiros se realicen a una edad superior a los 6 años, el niño también podría ser víctima de maltrato y por encima de los 12 años, puede resultar una patología sobre la que intervenir con psicólogos expertos.

La mejora de la autoestima, la confianza en uno mismo y la socialización son algunos de los efectos de un animal. Para los niños hiperactivos, nerviosos o agresivos, estos comportamientos deben desaparecer en presencia del animal.

Poco a poco se crea una complicidad en el juego, en dormir juntos o durante un paseo que se basará en la estima mutua y además el perro, y no solo el niño, encontrará su dimensión al lado del amiguito humano, entenderá como comportarse con él. , cuando lo necesite y sobre todo siempre lo protegerá.

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