Niños: los juegos que pueden jugar con sus perros

La contribución beneficiosa de un animal en la vida de un niño se ha demostrado repetidamente tanto desde el punto de vista del desarrollo de la empatía, del empoderamiento como también de la socialización. Incluso si hay algunas razas más adecuadas para interactuar con niños, el juego puede ser un elemento común que ayude tanto al perro como al niño a conocerse.

Una de las mejores cosas en una familia es ver a un niño jugando con un perro. Es una situación en la que dos seres de distinta especie, dos criaturas espontáneas e indefensas interactúan incluso sin tener el mismo lenguaje. Este comportamiento se estudia en el campo etológico y el juego es fundamental para el desarrollo armónico de la relación entre un niño y su perro.

En la etología del juego, es decir, el papel del juego tanto desde el punto de vista de la formación de los cachorros en la manada como para la interacción social es también fundamental en la relación con los humanos. Con la actividad lúdica, los cachorros aprenden su rol social, para establecer vínculos en la manada, dominación o subordinación en la manada, así como en la actividad exploratoria para conocer el entorno y sus peligros. El juego es fundamental para el desarrollo cognitivo de un animal y para su equilibrio psicofísico. De lo contrario, el animal corre el riesgo de sufrir de aburrimiento, soledad, llegando a formas “depresivas” hasta la automutilación, provocada por la ansiedad. No hay edad para dejar jugar al animal. El dueño también debe prestar atención al comportamiento del perro que se niega a jugar. De hecho, esto podría ser síntoma de una patología o un elemento que indique que el perro no tiene la intención de entablar una relación con el dueño.

Los eruditos han esbozado algunos juegos principales en el perro: con el objetos, la recurso, la juego de lucha, exploración, la «Fingir» y el caminar. Elementos que también se encuentran en la interacción con las personas y específicamente en los niños. Según varios estudios, incluido el realizado por Delphine Descamps, intitolato “Etología del juego o relación zoolúdica 1 entre l’enfant et le chien «(Etología del juego entre niños y perros) durante diversas observaciones se pudo observar que en el 53% de los casos los niños prefieren jugar con objetos, en el 19% dar un paseo con su lado fiel, seguido de tener recurso con el perro en el 14% de los casos, el juego de exploración en el 11% y finalmente solo el 3% jugando a “fingir”.

En cualquier caso, es bueno recordar que cuando los niños juegan regularmente con el perro, desarrollan una mayor comprensión, respeto y más comunicación con el animal.
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