Los tubos a desechar se transforman en dispensadores de agua y comida para perros
Las tuberías listas para su eliminación se transforman en dispensadores de comida y agua para perros callejeros: un invento sin costo para el municipio.
Cuando hablamos de proyectos también debemos tener presente algo que va más allá de nuestras meras medidas razonables. Fluir en la imaginación, a veces, aumenta la creatividad. Y cuando la creatividad despega, se pueden crear nuevas estructuras preparadas para regular el bien común y reducir los costos cotidianos.
Siempre estamos enfocados en acercar el proyecto a una mera y «repulsiva» cuestión de dinero. Pero ese no es siempre el caso. Y por suerte también podríamos agregar. Hoy en día todavía hay quienes quieren apostar sin esperar nada a cambio, porque saben que la verdadera riqueza o gratitud ya está en el acto de dar.
Cada vez más a menudo, en una sociedad con mil problemas que resolver, nuestros amigos de cuatro patas, incluso involuntariamente, han descubierto varios problemas comunes. Algunas pertenecen directamente a su modelo de vida, otras, en cambio, son las nuestras, que debemos resolver de todos modos y de las que tomar inspiración para mejorar una mala situación de inicio. Y así es como nace un proyecto que se inspira en algunos tubos de disposición dejado como dispensador para comida y agua para donar a los perros del municipio.
Los perros pueden ir a las tuberías: no serán retirados, sino transformados en dispensadores para su comida y agua.
Para «pretender» que los proyectos reales nacen de las mentes de esta nación, debemos dejar espacio para la reflexión. A la visión común, que no necesariamente parte o sale de la novedad actual. Puede muy bien seguir el ejemplo de algo anticuado y convertirlo en una estructura pequeña o grande, la de crucial.
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Para contar la historia de hoy nos trasladamos a Suma vesuviana, localidad italiana de la provincia de Nápoles. Estos días va a las noticias por el altísimo de contagio en relación al asunto del coronavirus. Pero no solo Covid ocupa el banquillo en el municipio napolitano.
Al borde de la carretera, o mejor dicho de algunas calles del propio municipio, existían tuberías de fibra de vidrio, o mejor dicho algunas especiales. tubos de fibra de vidrio, listo para su eliminación. A partir de aquí, a través de la cooperación de ciudadanos, voluntarios e instituciones, partió la idea: no sacarlos, sino dejarlos ahí y utilizarlos como dispensador de agua y comida por y perros callejeros.
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Un’idea brillante, también aprobado por el alcalde. Un proyecto que, si hablamos en términos económicos, no es nada ambicioso, en el sentido de que tiene un coste muy bajo, si no nulo. LA voluntarios ei los ciudadanos se comprometerán a llenarlo con croquetas y agua. Las únicas croquetas correrán a cargo de este proyecto, que también tiende a evitar que los mismos perros se acerquen a los cubos de basura para hurgar en la basura y luego dejen las distintas bolsas plásticas abiertas en medio de la calle.
Davide Garritano