Los perros huelen nuestro miedo: así es como lo hacen

Sabemos que los perros pueden crear una empatía especial con sus dueños, pero ¿cómo saben que algo nos preocupa o nos asusta? Aqui esta la respuesta.

Perro alarmado por los movimientos del humano

El perro tiene en promedio 220 millones de receptores olfativos, el hombre solo tiene 5 millones: podemos imaginar cómo su sentido del olfato está más desarrollado que el nuestro. Por otro lado, el miedo es un sentimiento irracional e incontrolable, y determina un cambio de olfato en nuestro cuerpo. Los perros no tienen la capacidad extrasensorial, como afirman las creencias populares, para detectar nuestros sentimientos. Por tanto, además de conocernos bien e interpretar nuestras expresiones y nuestras actitudes, reciben una mayor confirmación de nuestros sentimientos. con solo olernos. Entonces, ¿es solo una cuestión de olor? No solo.

Olfato y oído: las mejores ‘armas’ del perro

Cada condición de estrés, miedo, alegría tiene el olor que producen nuestras hormonas. El miedo, así como los demás sentimientos enumerados, desencadenan un mecanismo biológico preciso, que tiende a la autodefensa. Estas hormonas se liberan en los fluidos corporales, es decir, el sudor, pero también la orina y la sangre. Estas señales que envía nuestro cuerpo se manifiestan por tanto con sudoración excesiva, aceleración de los latidos del corazón, aumento o disminución de la temperatura corporal y disminución de la voz. El sudor altera naturalmente nuestro olfato, y el perro lo percibe, pero nuestro Fido también es capaz de escuchar un corazón latiendo más rápido. Con las mismas ‘armas’ a su disposición, un perro puede sentir la llegada de desastres naturales, incluso semanas antes que los humanos. En resumen, no hay poder paranormal, sino un sentido del olfato y el oído hiperdesarrollado.

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Actitudes humanas que traicionan el miedo

Pero no basta con que el perro perciba este cambio de humor y de olores a nivel olfativo, ya que asocian nuestra actitud con él. Cuando tienen miedo suelen realizar movimientos difíciles de controlar, que el perro nota inmediatamente y los asocia con una sensación de miedo. Correr, gritar y gritar son solo algunos de los comportamientos que pueden ‘traicionar’ fácilmente nuestro estado de ánimo. Y al vernos movernos de forma desorganizada y confusa, el perro se alarma y trata de defenderse. Se da cuenta de la extrañeza de nuestra actitud y se advierte: por eso también en él se desencadena un mecanismo de autodefensa muy similar al nuestro.

Cómo esconder nuestro miedo

Puede parecer obvio, pero la única forma de evitar que nuestro miedo se manifieste es tratar de mantener la calma. Debemos pensar que correr, gritar y gritar agita a nuestro amigo de cuatro patas. E incluso cuando no es nuestra intención, el perro puede interpretar nuestra actitud como agresiva hacia él. Entonces se sentirá atacado e intentará reaccionar: puede que simplemente ladre o salte sobre nosotros.

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FC