Los perros con orejas caídas tienen una audición menos pronunciada

Las orejas de un perro son clave. A diferencia de los humanos, que perciben entre 16.000 y 20.000 vibraciones por segundo, los perros pueden oír hasta 100,000 vibraciones por segundo y llegar a percibir el ultrasonido. En la naturaleza es una herramienta necesaria para la supervivencia y la defensa.

Sin embargo, no todas las razas de perros tienen el mismo tipo de escuchando. De hecho, como se explica en un breve artículo publicado por la revista Atención, perros con orejas caídas tendrían más dificultad para localizar el origen y la dirección de sonidos que los de orejas erguidas.

Es decir, un perro pastor que tiene que velar por el rebaño tiene las orejas erguidas para registrar el más mínimo ruido y captar ondas sonoras que indican un peligro. A diferencia del perro pastor, un sabueso, un clásico perro de caza con orejas colgantes, tiene menos necesidad de oír y ha desarrollado un mayor sentido del olfato para identificar y localizar la presa.

El propio teórico de la evolución, Charles Darwin ya había destacado algunas distinciones en las características morfológicas de los perros relacionadas con su utilidad. Por lo tanto, el perro de caza ha desarrollado más el sentido del olfato para seguir las huellas, mientras que la oreja caída actúa como un protector del canal auditivo contra púas o espinas.