Las medusas duermen, y este descubrimiento es sensacional por muchas razones

Las medusas también duermen. Y el descubrimiento es más sorprendente de lo que parece. Porque hasta ahora siempre se había pensado que la necesidad de dormir solo concierne a quienes tienen un sistema nervioso central. Pero los investigadores de la ‘Instituto de Tecnología de California’ (Caltech) han observado algunos de estos celentéreos pertenecientes a la raza directamente Cassiopea, con la intención de quedarse dormido en ciertas áreas marinas. También se publicó un estudio posterior sobre esto, que habla de que no es necesario tener cerebro para poder dormir.

Uno de los eruditos, Ravi Nath, también habló sobre lo que observó. “Puede que no parezca sorprendente que las medusas duerman. Se considera bastante normal que los mamíferos lo hagamos. Al igual que otros invertebrados como gusanos y moscas de la fruta. Pero en lo puramente evolutivo, las medusas son los animales más viejos que sabemos que pueden dormir ”.

El sueño de las medusas, un descubrimiento que genera muchas preguntas

A partir de aquí surgen varias preguntas, entre ellas: ¿el sueño es una necesidad que afecta a las neuronas? ¿Y en este punto las plantas también están durmiendo? Esta actividad, para ser considerada como tal, debe llevar a un organismo a reducir sus funciones durante la misma. Entonces hay menos reactividad, menos recepción y estimulación de estímulos. Y también una mayor necesidad de sueño a medida que aumenta el tiempo en el que no es posible darse el gusto. Todos los aspectos que los investigadores de Caltech han podido observar en la medusa Cassiopeia. Se trata de criaturas de dimensiones muy reducidas, del tamaño de una moneda de un dólar y cuyo hábitat favorito está representado por los fondos de los manglares.

Se utilizaron tres experimentos para realizar las observaciones. En el primero, se monitorearon 23 medusas sin interrupción durante seis días seguidos, y durante la noche sus pulsaciones habían disminuido de los habituales 58 a 39. El segundo experimento vio su traslado a un acuario, en un plano suspendido. El acuario se bajó, y los seres tardaron unos segundos en recuperar su orientación después de quedar aturdidos por el sueño. En cambio, el último experimento vio a las medusas permanecer despiertas a la fuerza durante períodos de entre 6 y 12 horas por noche. Fueron alcanzados con chorros de agua. Y al día siguiente resultaron ser mucho menos reactivos y, de hecho, somnolientos. Entre otras cosas, las medusas se han convertido en habituales de nuestros mares.

AP