Hágalo usted mismo: nadie supera a los primates en el cuidado de su cuerpo
Cuando tenemos algún problema con nuestra salud, vamos al médico o nos cuidamos. ¿Pero los animales? ¿Cómo se cuidan y alivian un malestar pasajero? Es posible que haya visto a un perro o un gato masticar rúcula u otros tipos de pasto con alivio: bueno, lo hacen para limpiar sus intestinos y ahuyentar la regurgitación y los parásitos. En la naturaleza, sin embargo, existen formas mucho más sorprendentes de automedicación. La revista especializada «The Conversation» informó hace unos meses, principalmente observado en determinadas especies de primates. En 1983, por ejemplo, se vio a algunos chimpancés en Tanzania tomando hojas de Aspilia cuidadosamente dobladas.
Nos preguntamos: ¿por qué todos enteros y no un bocado a la vez? Lo más probable es que la explicación esté en el hecho de que las plantas de Aspilia tienen hojas muy erizadas y parecen ser ideales para atrapar gusanos y pequeños seres que terminaron en el estómago de estos grandes simios durante su merienda. Lo mismo hacen los tamarinos, primates muy comunes en Sudamérica, que de esta forma liberan el conducto intestinal. En cambio, el colobo rojo de Zanzíbar se traga trozos de carbón para cuidar su sistema digestivo y eliminar el veneno contenido en los elementos de su dieta diaria (hojas y brotes inmaduros y tóxicos). En la práctica es un verdadero digestivo. Los monos colobod en cambio comen arcilla, cuyas propiedades antibacterianas son una verdadera panacea y que además les proporciona un importante aporte de minerales.
No hay escasez de remedios reales contra la picazón por contacto: muchas especies de monos se utilizan para frotarse hierbas de olor fuerte, probablemente para mantener alejados a los parásitos y también para calmar los efectos no deseados de las picaduras. Lo hacen los orangutanes, macacos e incluso el cebo cornudo, que rocían sus cuerpos tanto con pequeños insectos como milpiés y hormigas, como con plantas como limón y cebolla, como auténticos desinfectantes. Además, algunos monos con esta práctica son capaces de tener un cuidado maníaco de sus dientes. Los monos, en todos sus cientos de especies, nunca dejan de sorprendernos.