Gatos y aves domésticas: las 4 reglas para una perfecta convivencia

¿Es tu gato la pesadilla del pájaro enjaulado? A continuación, se ofrecen una serie de consejos útiles para que las aves domésticas y los felinos convivan bien en una misma casa.

Gatos y pájaros
Gatos y pájaros: pueden vivir juntos si siguen algunas reglas

La leyenda dice que no solo los gatos y los perros pelean entre ellos, pero también los propios felinos con pájaros revoloteando frente a sus hocicos. No solo los encerrados en una jaula a los lados de la ventana, sino también los que tal vez vean durante la caminata y que intentan agarrar con las patas. Pero porque son los gatos asi molesto por estos pájaros? ¿Y hay alguna manera de hacer que ambos vivan juntos en la misma casa sin volver loco al propietario y obligarlo a renunciar a uno de los dos? Eco cuáles son los secretos a adoptar para una convivencia pacífica.

Porque los gatos ‘odian’ a los pájaros

Es impropio hablar de odio, más que cualquier otra cosa se trata instinto depredador del felino. Sin embargo, las consecuencias de este comportamiento están en la base de la destrucción de la fauna volátil en todo el mundo: por tanto, no es un problema menor. Pero, ¿de dónde viene este comportamiento brutal? Retrocedamos unos pasos en la historia de los felinos. El gato siempre ha sido un depredador y cazaba por comida necesario para su supervivencia: la misma madre gata les dio instrucciones de cazar. Con el tiempo, los gatos domésticos no tienen que esforzarse mucho en la comida, sin embargo, este instinto de caza sigue muy activo en ellos. Entonces a veces lo hacen mantenerse en ejercicio probando su potencial en cuanto a velocidad, reflejos, distancia y persecución.

Gato y pájaros domésticos en casa: los trucos de convivir

Gatos y pájaros
Gatos y pájaros: las cuatro reglas de oro para vivir bien juntos

Entonces, ¿es absolutamente imposible tener un lindo pájaro en una jaula y nuestro gato vivir juntos? ¡No! Pero se toman unas pequeñas precauciones que no hacen de la vida del dueño, pero sobre todo del pájaro, un verdadero infierno. Es cierto que los canarios, periquitos de colores y ondulados se encuentran entre las presas favoritas de nuestro gatito, sobre todo cuando el gato es muy pequeño y cuando sus reflejos están en pleno desarrollo, pero hay algunos pequeños trucos a adoptar.

Primera regla: seguridad

Si pensamos que mantener un pájaro en una jaula es la solución definitiva, deberíamos cambiar de opinión. Las jaulas para pájaros a menudo no evitan que el gato inserta la pata entre las barras y agarra el pájaro. Por lo tanto, mantener un canario en una jaula no lo protegerá completamente de la furia depredadora del gato. Un asunto aparte es el de los aviarios donde el espacio para pájaros y canarios es tan grande que no permite que el gato se acerque fácilmente a su presa. Entonces, un aviario al aire libre podría ser una solución.

Segunda regla: distancia

Si no tenemos la posibilidad de colocar un gran aviario porque el espacio exterior no lo permite o es prácticamente inexistente, la única solución es comprar una bonita jaula interior grande para dar cabida a una o más aves. Pero esto ciertamente no es suficiente: es fundamental que cuando el gato tiene la oportunidad de entrar en la habitación ‘prohibida’ siempre haya alguien supervisar su comportamiento. Dejarlos solos puede ser muy peligroso, así que lo que hay que hacer es no perderlos de vista. Es recomendable que el gato esté siempre inhibido de acercarse a la jaula, haciéndole entender que debe mantenerse alejado de ella.

Tercera regla: aceptación mutua

Los episodios de celos entre animales que comparten la misma casa y el mismo dueño son habituales. Pero si un perro y un gato viven juntos en paz, ¿pueden hacerlo también un gato y un pájaro? Absolutamente sí, y mucho depende del comportamiento de los humanos. El primer precepto a observar naturalmente es no instigar al gato a cazar al pájaro. El gato debe entender que el canario es su amigo, no su presa potencial. Y nos toca a nosotros tratar al ave con respeto, mostrándonos atentos a su cuidado incluso frente al gato que nos observa. Al mismo tiempo, sin embargo, prestamos atención a los celos del gato: si el gato nota que todo el cuidado está dedicado a su ‘enemigo’ aumentará el odio hacia él y en el momento adecuado lo atacará.

Cuarta regla: comida y distracciones

Nunca olvidamos las necesidades dietéticas de nuestro gato. De hecho, es más probable que un gato hambriento cace presas, especialmente una que sea desagradable. También es un animal extremadamente habitual y cambiar su dieta o rutina de comidas podría tener consecuencias desastrosas. Otra solución que no hay que olvidar para una convivencia pacífica entre gatos y pájaros es distraer a los primeros con sus juguetes: hay que hacerle entender al gato que el pajarito no es uno de sus pasatiempos, pero un miembro de la familia, ¡como él!

Si se implementan todas estas reglas es probable que la convivencia salga bien y nuestro gato mire al canario o pájaro en la jaula como un ‘compañero de piso’ y no como una presa!

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FC

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