Gatos desalojados del jardín de la Iglesia, el asunto llega a los tribunales

Gatos desalojados del huerto de la Iglesia, es una lucha abierta entre los voluntarios y el párroco de la Iglesia. La pregunta llegó a la Corte

Grupo de gatos atentos (Foto Pixabay)
Grupo de gatos atentos (Foto Pixabay)

Una diatriba que de las palabras fue directo a la corte. En el corazón de la cuestión, una colonia felina que ha sido objeto de discusión por medio de un hábito o más bien un instinto natural, considerado como una «intrusión» real en el territorio de los demás. El alboroto se originó por una decisión tomada por el párroco que no gustó a los vecinos. Esto es lo que es.

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Gatos desalojados del jardín de la iglesia, la decisión que enfurece a los voluntarios

Mirada del felino (Foto Pixabay)
Mirada del felino (Foto Pixabay)

Todo empezó con la elección del párroco. Don Gallo cerrar con una cadena el jardín de la Iglesia de la Madonna di Lourdes en Follonica, en la provincia de Grosseto. La cerca del espacio provocó indignación porque el jardín era frecuentado habitualmente por una pequeña colonia de gatos callejeros compuesto por 30 ejemplares que han elegido el jardín de la iglesia parroquial como refugio, tras la muerte de un habitante de la zona que convivía con ellos. La necesidad de cariño y comida de los felinos llamó la atención de los voluntarios residentes que los cuidaron, cuidando también de esterilizarlos, disminuyendo drásticamente su número. Por tanto, la elección del párroco ha producido una reacción negativa en los voluntarios que han dirigido una petición al obispo de la diócesis de Massa Marittima y Piombino.

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Su abogado defensor declaró lo siguiente: «Los gatos viven en el espacio del jardín parroquial y no dañan las instalaciones de la Iglesia. No es concebible moverlos desde allí.“Su tesis es apoyada por los voluntarios que quieren cumplir su deseo de devolver ese refugio a los peludos. La determinación de estas personas es grande y las ve comprometidas al frente de la lucha por su bienestar. Los siguen atendiendo y, pendiente de sentencia firme, han solicitado al Municipio el reconocimiento de la colonia felina. Más allá de las diatribas, los gatos siguen viviendo cerca de la Iglesia, ajenos a todo el caos que reina fuera de su pequeño refugio.

Sin embargo, esperamos de todo corazón que estos gatos puedan encontrar un lugar para sentirse seguros y protegidos. Además, esperamos que el problema se pueda resolver de la mejor manera posible con la conciliación de ambas categorías involucradas.

bendito Félix;