Gato obeso, dueño obeso: un estudio científico destaca la correlación
Si el dueño es obeso, es probable que el gato también lo sea: una palabra científica. Averigüemos los datos del estudio científico que descubrió la correlación.
La obesidad es uno de los males más simbólicos de la sociedad en el último siglo. El consumismo inculcado como modelo de vida desvía la atención de las necesidades reales, y muchas veces resulta en malestar también desde el punto de vista alimentario y, en consecuencia, médico. ¿Las victimas? No solo los humanos, sino también nuestros amigos animales. Si el el dueño es obeso con probabilidad su gato también lo estará: descubramos juntos los datos de la peculiar investigación.
La correlación científica entre la obesidad del gato y del dueño
Uno Estudio científico realizado por la Universidad de Guelph, en Canadá, ha revelado la correlación entre la obesidad del gato y la de su dueño.
Entre 1995 y 2005 el peso promedio de los felinos en Estados Unidos, país al que se limita el campo de investigación, aumentó en unos 250 g.
No engañe el valor absoluto relativamente bajo de la medida. Los gatos pesan mucho menos que nosotros, y por tanto, proporcionalmente, 250 g equivaldrían a casi 4 kg en humanos: definitivamente mucho.
Que es lo real porque llevando al gato a la obesidad, al igual que su dueño? Un estilo de vida inadecuado, que el ser humano lleva por sí mismo y que muchas veces también se impone al felino.
Es fundamental garantizar al gato un entorno adecuado en el que pueda jugar, hacer suficiente ejercicio, explorar y mantener su cuerpo en forma.
Aquellos que no tienen un espacio exterior asegurado, y no adaptan los interiores (por ejemplo amueblando una habitación para el gato) no aseguran a su mascota un ambiente de vida adecuado a sus características.
A todo esto agrega uno estilo de alimentación incorrecto, no siempre respetuoso de las necesidades nutricionales del gato, y la compra de productos industriales y poco saludables para su organismo, sobre todo a largo plazo.
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Las otras investigaciones
No creas que el problema se limita solo al continente americano, y que los gatos de nuestra casa son inmunes al peligro latente de la obesidad.
Según una encuesta realizada por Grupo de trabajo sobre obesidad en mascotas en nuestro país, el 95% de los gatos italianos son obesos. Este es un resultado preocupante, que debería invitarnos a revisar con mayor resolución el estilo de vida al que estamos acostumbrados nuestros queridos felinos.
Un dueño obeso probablemente no saldrá a hacer ejercicio, quizás llevándose al gato con él; sin embargo, si no se preocupa lo suficiente por su cuerpo, probablemente no comprenderá la importancia, incluso para sus mascotas, del control de peso.
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Al mismo tiempo, una persona obesa es propensa a comer más, y en consecuencia también el gato, que apenas se detiene a la hora de preguntar y compartir los alimentos que estamos consumiendo.
La obesidad en los gatos tiene efectos devastadores a largo plazo, al igual que en los humanos.
Las articulaciones pagarán el precio; pero no será el único problema con el que se verá afectado el felino: hipertensión, aparición de patologías cardiorrespiratorias, colesterol alto son solo algunas de las consecuencias ligadas al exceso de peso.
No hace falta mucho para querernos un poco más y hacer lo mismo con nuestros amigos felinos: un poco de ejercicio y una dieta sana y equilibrada.
Antonio Scaramozza