Gato en semi-libertad: como es la vida del felino que también vive fuera de casa
¿Gato en semi-libertad? Está en la naturaleza del gato vivir fuera de casa y luego regresar a ella: todo lo que necesita saber para evitar riesgos.
No podemos obligar a un gato a vivir solo dentro de nuestras cuatro paredes: por mucho que nos gustaría protegerlo de los peligros del exterior, un gato necesita explorar, conocer e incluso cazar. El sentido de la aventura y la exploración está en su ADN, especialmente de los territorios que, más allá de la puerta principal, son una tentación constante para él. Ama su libertad y está particularmente celoso de ella: ¡frenar su instinto sería contraproducente! Entonces, ¿cómo le permites salir sin que corra demasiados riesgos para su salud? Aquí está todo lo que hay que saber y hacer un gato que vive en semi-libertad.
Un gato en semi-libertad: una cuestión de naturaleza
Si queremos que nuestro gato esté seguro pero al mismo tiempo no reprima su instinto exploratorio y cazador, solo tenemos que montar un espacio al aire libre, tal vez en el jardín de la casa o incluso un pequeño espacio verde donde pueda circular libremente. Será el propio gato quien encontrará distracciones de su día, por lo demás monótono,: una zanja para cavar o incluso una mariposa para agarrar con sus patas.
Eso sí, no tener un espacio verde fuera de tu casa obligará al gato a dar rienda suelta a su deseo de libertad en la calle. Y si tenemos un jardín disponible, será más fácil para nosotros y para el gato instalar una solapa de gato, esa es su ‘puerta’, que le permitirá salir y volver a entrar a voluntad y sin que nadie abra puertas y ventanas.
Además, el gato debe estar acostumbrado a encontrar el camino a casa, por lo que rara vez se perderá y volverá a casa porque reconocerá nuestra llamada. Mejor esperar al menos el sexto mes de edad antes de dejar salir al gato, para estar ya vacunado (Leer más aquí: Vacunas para gatos: calendario, qué inmunizan, costes y riesgos) y más fuerte para afrontar los peligros del exterior.
El espacio exterior ideal para un gato en semilibertad
Si queremos que nuestro gato experimente plenamente el espacio exterior, debemos configurarlo con todo lo que se pueda utilizar para vivir mejor. En primer lugar, eliminando, o al menos limitando los posibles riesgos: sin plantas tóxicas (Leer aquí: Plantas no venenosas para gatos: cuáles podemos tener en casa), cobertizos para resguardarnos de la lluvia y el sol abrasador (Leer aquí: Golpe de calor en el gato: causas, síntomas y remedios), arbustos y árboles para esconderse, no utilice sustancias tóxicas que puedan envenenar al gato.
Es bueno destinar una zona del jardín donde el gato pueda hacer sus excavaciones con sus patas y encerrar las zonas donde no queremos encontrar huecos. Por último, es mejor destinar una zona del suelo donde el gato pueda hacer sus necesidades en el exterior y podamos cubrirlas con arena, la misma que la arena que usa dentro de la casa.
Las ventajas y riesgos del exterior
Lamentablemente, debemos aceptar una dura realidad: el gato en semilibertad, que sale y explora los alrededores de la casa, también puede encontrarse con peligros fatales. Hay muchos propietarios que, lamentablemente, no ven a su gato que se había ido a casa. Pero vivir fuera de casa para el gato también tiene muchos aspectos positivos:
- no siente su libertad limitada y está más sereno,
- puede dar rienda suelta a su deseo natural de cazar,
- puede disfrutar del aire fresco,
- si tiene in forma,
- puede socializar con sus compañeros.
Pero, inútil burlarse de nosotros mismos, el riesgo está a la vuelta de la esquina: las calles transitadas están llenas de peligros. Por lo tanto, debemos estar preparados para aceptar que un gato que vive en semi-libertad se encuentra:
- accidentes con vehículos en tránsito,
- peleas con extraviados similares,
- infecciones y enfermedades de diversa índole,
- posibles intoxicaciones.
Otro lado ‘negativo’ podría ser el de encontrar los ‘trofeos’ de su caza en casa: pájaros, insectos y otras presas más o menos grandes, que logró agarrar y que trae como regalo a su humano.
Cómo acostumbrar a un gato a la semilibertad
No queriendo limitar su deseo de libertad, el dueño tendrá que ‘instruir’ a su gato para que evite peligros y sobre todo para que regrese a casa cuando lo deseemos. De hecho, los primeros ‘viajes’ al exterior serán mejores si los haces con nosotros, tal vez con una correa: de esta forma conocerá la zona todos los días durante unas horas y los espacios y olores le serán cada vez más familiares. Una vez de regreso a casa, no olvidemos recompensarlo con su bocadillo favorito: de esta forma el gato asociará la recompensa con el regreso a casa, y estará más estimulado para repetir la misma operación posteriormente.
Es mejor caminar durante el día, con la luz del sol y nunca de noche; además se podría equipar con una campanita para que los pájaros y otros animales se alejen, para evitar que quiera agarrarlos. Tienes que acostumbrarte al sonido de un clicker oa nuestra llamada personal: para que el gato sepa cuándo es el momento de irse a casa.
Antes de que el gato experimente su semilibertad deberá ser vacunado contra enfermedades e infecciones de parásitos externos, y quizás sometido a castración o esterilización (lea aquí: Castración del gato: cuando sea necesario, riesgos y consecuencias), para evitar encuentros amorosos y embarazos no deseados (del maestro).
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Francesca Ciardiello