Filariasis en gatos: cuáles son las causas y cómo se manifiesta
La filariasis en gatos es una enfermedad potencialmente mortal. Para ello, es importante reconocerlo e intervenir lo antes posible.
¿Alguna vez has oído hablar de la filariasis en gatos? Aunque es típico en perros, los gatos también pueden contraerlo. Es una enfermedad infecciosa que se transmite al felino por la picadura de un mosquito. Veamos en concreto cuáles son las consecuencias de esta enfermedad, sus síntomas y los tratamientos a los que se somete el gato.
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Causas de la filariasis en gatos
La principal causa de propagación de esta enfermedad es el mosquito tigre. Por este motivo, esta patología está particularmente extendida en el norte, y en particular en el valle del Po, en los alrededores del Po y en general en los ambientes lacustres. Sin embargo, debido al cambio climático, también se encuentran varios casos en otras áreas geográficas.
¿Cómo es la transmisión de la filariasis en gatos? Después de picar a un animal infectado, el mosquito inyecta parásitos en la sangre del gato, todavía en forma larvaria. Posteriormente se convierten en gusanos reales, que pueden atacar la piel del animal o su sistema cardiopulmonar.
Por ello, al igual que la filariasis en perros, podemos distinguir esta patología en dos formas principales, que comúnmente se transmiten junto con el animal. El primero, menos grave, es el cutáneo, que provoca dermatitis e irritación cutánea. El segundo, por otro lado, determina el asentamiento de los gusanos adultos en correspondencia del corazón y los pulmones.
Por esta razón, tiene consecuencias mucho más graves. Generalmente, los gatos se ven afectados por esta enfermedad un 20% menos que los perros. El número de larvas infestantes también es menor. Sin embargo, debido al tamaño más pequeño del corazón del gato, solo un parásito es capaz de causar la muerte del gato.
Como se manifiesta
¿Cuáles son los síntomas de la filariasis en gatos? En primer lugar, es posible distinguir entre dos marcos principales. De hecho, existen formas crónicas, que son muy raras, que provocan síntomas respiratorios y gastrointestinales. Entre estos, por ejemplo, los más comunes son la caquexia y la pérdida de peso en los gatos.
Los animales con formas agudas, en cambio, manifiestan síntomas como tos, disnea, soplo cardíaco y trastornos neurológicos. Rara vez pueden ocurrir muertes repentinas de gatos.
Sin embargo, no se excluye que después de un período de incubación el gato pueda erradicar de forma independiente la presencia del parásito. Esto le permitirá sobrevivir y llevar una vida sana y perfectamente normal.
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Cuál es la cura
La filariasis en gatos no tiene cura real. De hecho, el fármaco utilizado para tratar al perro de esta enfermedad es tóxico para el gato. Tras comprobar la presencia de la patología mediante pruebas especiales, el veterinario también puede decidir no intervenir, si el gato no presenta ningún síntoma.
La esperanza es que los parásitos mueran espontáneamente. De hecho, la carga parasitaria en felinos es baja. Además, son pocas las microfilarias que alcanzan la madurez sexual. En este caso, se procede a realizar un seguimiento periódico del estado del gato, mediante radiografías de tórax.
Sin embargo, si existen lesiones pulmonares, el veterinario deberá intervenir. El uso de medicamentos antiinflamatorios evitará que la condición del gato empeore. Además, se utilizará la prevención para evitar la presencia de otros parásitos.
Dada la ausencia de fármacos específicos para el tratamiento de esta patología y sus consecuencias potencialmente fatales, es recomendable adoptar una serie de medidas para proteger al gato de los mosquitos. Para quienes viven en áreas de riesgo, la profilaxis se puede utilizar una vez al mes, en el período de mayo a noviembre.
Antonio Scaramozza