Error del veterinario en la cirugía de gatos: responsabilidad e indemnización por daños
En la hipótesis de un error del veterinario que afecta el resultado de la cirugía del gato, ¿qué protección brinda la ley?
Someterse a una operación, incluso si es de rutina (y esto también se aplica a nuestros amigos animales) todavía tiene sus riesgos; incluso los profesionales pueden cometer errores. ¿Qué protección brinda la ley en el caso de error del veterinario en la cirugía de gatos? ¿Cuándo está obligado el profesional a pagar los daños?
Responsabilidad contractual
Cualquiera que cause daño injusto a otros por mala conducta intencional (por lo tanto voluntariamente) o por negligencia, debe compensarlo.
Este es un principio de nuestro ordenamiento jurídico, en el que se basa la denominada responsabilidad extracontractual; o una responsabilidad sin precedente de ningún tipo de vínculo entre la parte lesionada y la parte lesionada.
Sin embargo, el del veterinario que comete un error en la cirugía del gato, provocando la muerte o deterioro del estado de salud (piense en la cojera del gato) es de carácter contractual; esto independientemente de la existencia de un contrato escrito.
El profesional está obligado a realizar el servicio (consistente en la cirugía del gato), el dueño del animal, por su parte, está obligado a pagar una suma de dinero.
La violación de una de las disposiciones de este acuerdo determina el surgimiento de responsabilidad contractual; estas violaciones incluyen, con algunas excepciones, también la ejecución incorrecta de la transacción.
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Intervención errónea del veterinario: indemnización por daños
En caso de error veterinario al realizar la cirugía en el gato, tiene derecho a compensación del daño.
Aparte de eso patrimonial (correspondiente, por ejemplo, a los gastos incurridos por el tratamiento debido al deterioro de las condiciones de salud del animal) la jurisprudencia ahora también moral, debido por ejemplo al sufrimiento causado por la pérdida del animal de compañía.
A partir de 2012, el veterinario está obligado a sacar un póliza de seguros, que cubre cualquier daño derivado del ejercicio de la profesión.
Sin embargo, cuando el profesional no reconozca su responsabilidad, o la suma ofrecida por la compañía de seguros se considere insuficiente para cubrir los daños, puede ser necesario emprender acciones legales.
Por tratarse de una responsabilidad contractual, el perjudicado debe probar únicamente la existencia de la obligación y el daño; Será responsabilidad del veterinario acreditar que el daño no dependía de su propia responsabilidad, acreditando que ha realizado la intervención de acuerdo con las directrices de la profesión.
Entendiéndose que, ante la hipótesis de un error en una intervención rutinaria, el veterinario también responde en la hipótesis de negligencia leve.
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Cuando no hay responsabilidad
También se debe evaluar la complejidad de la cirugía.
Una cosa es una operación de rutina (piense en la esterilización de gatos) y otra es una operación compleja, con un resultado incierto, cuando es la única posibilidad de guardar la vida del animal, siempre que el dueño haya sido informado adecuadamente. en un idioma que comprenda.
En este caso, el veterinario podrá ser llamado a responder únicamente por dolo o negligencia grave en la intervención, liberándose de responsabilidad si demuestra haber seguido las pautas previstas por la disciplina para la ejecución de esa operación específica.
Antonio Scaramozza