El perro tiene arcadas pero no vomita: por que puede suceder y que hacer

¿Tu perro tiene arcadas pero no vomita? Todas las causas de estas arcadas ‘vacías’, cómo interpretar esta actitud y cuándo preocuparse.

El perro tiene arcadas pero no vomita.
(Foto de Adobe Stock)

¿Este esfuerzo continuo no parece tener el efecto ‘deseado’, es decir, liberarse de algo que ha quedado en el estómago y que simplemente no puede salir? Son muchas las situaciones en las que puede pasar: nos toca a nosotros entender cuáles son y tratar de evitarlas en la medida de lo posible. Veamos porque el perro tiene arcadas pero no vomita y sobre todo, cómo podemos intervenir para evitar este comportamiento molesto.

Náuseas en perros: que son

¿Conoce esos espasmos que hacen que Fido se esfuerce y aterrorice a sus amos? Aquellos pueden tener arcadas, aunque no hay rastro de vómitos. En realidad, el miedo de los humanos cuando presencian este desagradable ‘espectáculo’ es el esfuerzo que hace Fido por respirar. Son contracciones del abdomen, debido al esfuerzo del estómago para expulsar algo que ha quedado allí por la boca, que es exactamente de donde salió.

Perro que tiene arcadas pero no vomita
(Foto Pexels)

Tienes que poder distinguir entre arcadas y tos, ya que tienen síntomas muy similares. Sobre todo porque cuando un perro tose, puede salir espuma blanca de su boca, que podemos fácilmente (e incorrectamente) interpretar como ‘vómito’. En realidad, es solo el resultado de la tos. Por lo general, la tos afecta a la nariz, mientras que las arcadas afectan al estómago y provocan una sialorrea en el perro.

El perro tiene arcadas pero no vomita: cuando puede suceder

Así que veamos en repaso todas las situaciones en las que el perro podría tener arcadas pero sin vomitar: algunas se pueden evitar, mientras que otras lamentablemente volverán a la normalidad.

Perro en un prado
(Foto Pixabay)

Ya ha vomitado pero no todo

Después de un episodio prolongado y con mucho cuerpo de vómitos, es posible que el perro todavía tenga algunos en el estómago. residuos de comida que lo lastimó, o un elemento extraño que no pudo expulsar en el vómito anterior.

Como siempre, es necesario observar a Fido en su conjunto y comprender si realmente todavía tiene algún objeto que no puede salir de su boca: a menudo se trata de cuerpos extraños puntiagudos y contundentes, muy peligrosos porque pueden perforar órganos internos.

Un perro que tiene arcadas pero no vomita porque ha ingerido algo grande tiene tos, sialorrea y náuseas. Solo una radiografía puede darnos la certeza de que hay algo atascado en su estómago que no puede subir por el esófago. Sin embargo, ¡no debemos intentar quitárnoslo nosotros mismos! Piensa en un perro que se comió un imperdible: ¿cuánto daño podríamos hacer si intentáramos arrancárselo nosotros mismos?

Enfermedad de auto

La causa de las arcadas podría estar estrechamente relacionada con el mareo por movimiento o mareo por movimiento en los perros. En este caso no hay mucho de qué preocuparse, porque es una reacción decididamente normal, sobre todo en cachorros: incluso antes de meterse en la cabina el perro podría estar nervioso y agitado, precisamente porque no le gusta moverse con este vehículo.

Una solución podría ser no dejarle comer ni beber nada antes de viajar en coche, para que no tenga nada que le moleste que expulsar. El problema de cinetosis también puede mejorar a medida que envejecemos.

Gusanos y parásitos

Al perro le encanta estar en plena naturaleza y dar largos paseos por los prados, comiéndoselo de vez en cuando: ¡y es precisamente cuando un perro come hierba que hay que tener cuidado! Es ahí mismo, entre los hilos verdes y frescos donde pueden asentarse los nematodos, o esos gusanos intestinales y parásitos que afectan fácilmente al estómago del perro. La única prevención contra este riesgo es administrar siempre antiparasitarios Fido y respetar el calendario de vacunación de los perros.

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Problemas respiratorios

En realidad, aquí el problema se vuelve más complejo, ya que no se trata solo de notar arcadas en el perro sino también de otros síntomas como: tos, fiebre y también dificultad para tragar, infecciones de garganta con presencia de pus etc. Entonces, si el perro tiene arcadas pero no vomita, las causas que involucran el sistema respiratorio del animal pueden ser:

Pedimos consejo a nuestro veterinario de confianza e inmediatamente reservamos una visita para comprender la naturaleza del problema y encontrar una cura inmediata y efectiva para estas patologías.

Problemas con el sistema gástrico y el estómago.

Un perro que tiene arcadas pero no vomita puede ser víctima de una torsión gástrica canina: en este caso el estómago se da vuelta y no puede vaciarse. Lo que queda ‘atrapado’ allí comienza a fermentar y causa necrosis de las paredes del estómago, lo que podría ser seguido por la perforación del estómago y la muerte del animal por shock.

En cuanto notes los signos más habituales, como nasales, hipersalivación y arcadas sin vómitos, debes llevarlo inmediatamente al veterinario. Es mejor identificar el problema en la fase inicial, la de la dilatación del estómago, antes de que gire sobre su eje longitudinal.

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El perro tiene arcadas pero no vomita: que hacer

Es obvio que si el problema surge por primera vez debemos pedir consejo a nuestro veterinario de confianza. Sin embargo, si desafortunadamente parece suceder con frecuencia, es posible tomar algunas ‘precauciones’ para evitar que suceda.

Perro que tiene arcadas pero no vomita
(Foto Pexels)
  • Cambiar la dieta del perro, intentar comprender qué alimentos dan síntomas de alergia alimentaria en el perro,
  • tenga cuidado de no comer hierba o tierra mientras camina,
  • tratar la dolencia con medicamentos específicos (recetados por el veterinario),
  • haz que el perro beba y mantenlo hidratado.

Si, por el contrario, pensamos que el perro ha ingerido un cuerpo extraño, no cometemos el error de intentar sacarlo con las manos a menos que seamos expertos. De hecho, el daño que podría causar este paso del objeto entre los órganos internos podría ser mucho peor que las arcadas.

Francesca Ciardiello