El perro Polpetta en brazos del niño mientras recibe la vacuna: ese es su punto fuerte

Un niño, llamado Davide, le tiene miedo a la aguja mientras se inyecta la dosis de la vacuna: el perro Polpetta es su brazo derecho de principio a fin. Una historia que cuenta cómo nuestros amigos de cuatro patas pueden ser una verdadera fuente de salvación y serenidad.

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Davide y Polpetta juntos en el momento de la vacuna (Facebook)

Muy a menudo no nos damos cuenta de cuánto nuestros amigos de cuatro patas juegan un papel fundamental en la sociedad. Los mimamos, los amamos, a veces incluso nos hablamos. Ya lo han entendido todo a través de sus sentidos, a menudo mucho más desarrollados que los nuestros. Al menos los más primitivos. Y por eso los ponen al servicio de los seres humanos, sin esperar nada a cambio. Como Perro de albóndigas, que ha sido incluido durante mucho tiempo en un proyecto por Mascota Teraphy. Subió a los brazos de un chico llamado David, que representa una zona protegida. Este último siempre ha tenido miedo a las agujas y, por lo tanto, también a tomar las suyas. dosis de vacuna. Su amigo pensó en poner todo en paz y serenidad.

Davide y Polpetta juntos en el momento de la vacuna: cuando los perros saben cómo manejar la situación

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Albóndiga en los brazos de David (Facebook)

Quizás, o casi con certeza, la Pet Teraphy nació como un pensamiento que vuelve a contribuir, a ayudar, a querer ser solidario con personas que tienen serios problemas, o que enfrentan momentos delicados en su vida. Y también para dar fuerza y ​​coraje a las personas, en cualquier tipo de situación.

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Por tanto, no cabe duda de que los animales juegan un papel fundamental en estas circunstancias. Como el Perro de albóndigas, amiga nuestra de cuatro patas que siempre ha apoyado a las personas en dificultades con su forma de hacer e interactuar. Esta vez fue un chico llamado Davide.

Este último, que también representa una categoría protegida, pasó a la Centro de vacunación del Meyer. Pero su único gran temor era precisamente la aguja con la que inyecta el dosis de vacuna. ¿Y quién fue llamado para ayudarlo? Albóndiga, que inmediatamente se subió a sus brazos y lo miró fijamente todo el tiempo.

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Los dos se conocen desde hace mucho tiempo y se han enfrentado a otros viajaron juntos. El perro, por tanto, tampoco podía faltar a esta cita. Y la cara del niño, con la sonrisa detrás de la máscara, lo decía todo. Una vez más una historia que nos enseña cómo la ayuda y la empatía de nuestros amigos de cuatro patas son fundamentales en momentos delicados, especialmente con niños y adolescentes.

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