El perro lo persigue todo: cómo manejar su instinto depredador en unos pocos pasos
¿Estás desesperado porque tu perro lo persigue todo? Ya sean gatos, vehículos, otros animales, los perros persiguen cosas por sus instintos depredadores.
El perro se estimula con todo lo que se mueve rápido: es su instinto depredador, lo que lo empuja al comportamiento típico de persiguiendo objetos y animales en movimiento. El problema es que, cuando el perro corre detrás de todo, se expone al riesgo de accidentes de tráfico más o menos graves que podrían evitarse con la educación adecuada.
En este artículo, descubriremos qué elementos que pueden agravar el instinto depredador del perro y cuales son los acciones correctivas derecho a solucionar el problema del perro que siempre persigue todo lo que se mueve rápido.
¿El perro lo persigue todo? He aquí por qué lo hace y cómo hacer que se detenga
¿Qué agrava el instinto depredador en los perros?
Además del «nivel» natural del instinto depredador, hay algunas cosas que pueden agravar la tendencia del perro a perseguir vehículos y animales en movimiento. Entre estos, recordamos tanto algunos elementos arquitectónicos, como algunos juegos o actitudes que podemos controlar directamente.
ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS A EVITAR:
– vallas que delimitan artificialmente el territorio del perro,
– vallas que el perro no puede pasar,
– parapetos ciegos que impiden que el perro vea,
– puertas cerradas que aíslan al perro de otros entornos,
– rutas de tránsito cercanas al territorio del perro.
JUEGOS O ACTITUDES QUE SE DEBEN EVITAR:
– jugar a ser perseguido por el perro,
– quitarle el juguete al perro y jugar para que vuelva a cogerlo,
– incitarlo a atrapar gatos u otros animales,
– asistir a entornos donde juegan los niños,
– entornos frecuentes excesivamente ruidosos a los que el perro no está acostumbrado.
Cómo educar al perro con tendencia a perseguir
1. Observa al perro con atención para saber cuál es. estímulo que dispara el instinto de perseguir,
2. Recrea el factor desencadenante o frecuentar el entorno en el que realmente ocurre, manteniendo al perro bien sujeto durante el ejercicio,
3. Cuando el perro ha sentido el estímulo, pero aún no ha reaccionado, llamar su atención y distraerlo,
4. Acérquese a la fuente estimulante y luego, manteniendo siempre la distracción, aléjate alegremente de él.
Si el perro acepta la distracción, habrá encontrado una manera de evitar que lo persiga; por supuesto, esto ejercicio debe repetirse varias veces, retrasando gradualmente el momento en el que se inicia la distracción unos momentos a la vez.
Comprenderás que has resuelto el problema del perro persiguiéndolo todo cuando, ante la presencia del estímulo desencadenante, el perro no tendrá una reacción negativa sino que buscará al dueño para conseguir la distracción habitual.
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