El gato Ginger: le encanta jugar en la nieve por una razón

Al gato Ginger, que vive en Rusia, le encanta jugar en la nieve por una razón específica: no olvida de dónde vino y qué hizo.

Gato de jengibre de nieve
El gato Ginger en la nieve mientras se lame las patas (Fuente Facebook)

Somos reacios a cambiar el nuestro hábitos. A veces simplemente no lo logramos. Pero esto se debe al hecho de que a menudo pasamos o pasamos mucho tiempo en un lugar determinado, tanto que nos apegamos a él y no queremos irnos nunca. Sin embargo, este no es siempre el caso.

Si esto no siempre se aplica a nosotros, mucho menos a nuestros amigos de cuatro patas. Muy a menudo, para ellos, cambian casa O habitat se pone muy difícil. Por ejemplo, se dice que a los gatos no les gusta moverse demasiado. Otros, en cambio, los llevan siempre a pasear con ellos, durante sus viajes.

En resumen, todo el mundo parece tener su propia teoría, pero a veces entra en juego la necesidad. La necesidad de cambiar de lugar porque se ha vuelto insoportable. Y este discurso es atribuible, por ejemplo, a perros o gatos callejeros. Hoy hablamos de Jengibre, un gato quien vive en Rusia. Quién nunca ha olvidado su amor por la nieve.

Un profundo amor por la nieve: la gata Ginger no olvida su pasado, aunque viva otra vida

Gato de jengibre de nieve
El gato Ginger en la ventana (Fuente Facebook)

No es posible olvidarse del pasado, de hecho no es necesario. Porque de eso venimos y de eso aprendemos, tanto los aspectos buenos como los malos de la vida. Así es para todos y difícilmente lo olvidamos. Lo mismo ocurre con nuestros amigos de cuatro patas.

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Pasan mucho tiempo en un solo lugar, a veces incluso en condiciones no tan cómodas. Especialmente cuando lo hacen una vida perdida. ¿Cómo fue la vida del Gato anaranjado, que vive en Rusia, y que ahora disfruta de la calidez de su nuevo hogar y familia. Pero ese fue el caso una vez.

Ginger, el nombre que le dio nueva familia, ha estado en las calles rusas durante mucho tiempo y ha estado en contacto con inviernos realmente fríos y fríos, pero logró sobrevivir. Hasta que un día decidió presentarse en la puerta de entrada de un matrimonio que le dio la bienvenida a la casa pensando que era de alguien.

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Después de varios anuncios colocados en Facebook, para entender si era de alguien y no recibir respuesta. decidieron adoptarlo. A Ginger le gusta pasar días en el calor, que una vez extrañaba. Pero cuando llega el invierno, también está ahí nombre no duda en lanzarse al jardín encalado para jugar con la nieve, componente que sin duda se ha mantenido y que le hacía feliz cuando era un callejero.

Davide Garritano