El gato es goloso: riesgos y remedios cuando el gato siempre come y todo
¿No puedes dejar algo de comer en la mesa y tener que estar atento a todos sus movimientos sigilosos para robar comida? Qué hacer si el gato es codicioso.
A veces exigente con la comida, otras veces todo lo contrario: cuando el gato es codicioso la situación puede volverse compleja, porque no será fácil de manejar. De hecho, debe tener siempre los ojos abiertos para no dejar nunca alimentos o cosas que puedan tragarse (no necesariamente comestibles), con enormes consecuencias en su salud. Entonces, ¿qué es mejor hacer (o no hacer) cuando el gato no frena frente a la comida?
Gato y comida: que pasa si come demasiado
Uno de los errores más frecuentes por nuestra parte es darle demasiada comida al gato, pero también deje la comida para bebés disponible justo debajo de la nariz. Es cierto que la relación del gato doméstico con la comida puede ser complicada: no se da por sentado que siempre coma todo lo que le ofrecemos, pero a veces hay que tener cuidado al contrario.
Si un gato come demasiado porque las porciones son demasiado grandes, no es nada bueno para su salud. A veces lo hacemos para ‘recompensarlo’ por su comportamiento, pero corremos el riesgo de darle ‘más de lo que necesita’.
El mayor riesgo es sin duda la obesidad, que de ninguna manera es un problema estético, sino que trae consigo una serie de otras enfermedades mucho más graves, como: diabetes, problemas óseos (artritis) e infecciones del tracto urinario.
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El gato es codicioso: de qué depende
Para afrontar un problema es necesario comprender bien cuáles son las razones físicas pero también psicológicas que pueden llevar a un gato a comportarse de una determinada manera. De hecho, la primera respuesta que podría venir a nuestra mente está ciertamente ligada a sus necesidades: tal vez las cantidades de comida que les damos son escasas, o es que la comida no es lo suficientemente nutritiva.
Debemos prestar atención a la transición entre comida húmeda y sólida para el gato, porque podríamos cometer algunos errores de proporción en las dosis. También desconfiamos de aquellos productos que parecen económicamente ventajosos, pero de mala calidad.
Pero no es solo un problema físico: a veces el problema puede ser psicológico. De hecho, muy a menudo los gatos siguen a su amo a todas partes, incluso en la cocina, pero no por una necesidad física real, sino para disfrutar de su compañía.
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El gato es codicioso: que hacer (y no hacer)
En primer lugar, nunca debes perder la paciencia: puede parecer una obviedad, pero en realidad no lo es. No debemos enojarnos o, peor aún, castigarlo. El gatito necesita ser educado para comprender que no debe hacer eso.
Si descubrimos que las causas de su constante búsqueda de alimento no son tanto físicas como psicológicas, intentemos hacerlo vivir en un ambiente más sereno y pacífico, para no crear más estrés para el gato que podría desahogarse en la comida.
Podemos ayudar con pequeñas herramientas para mantenerlo alejado de despensas y neveras: recipientes para rociar agua o pitos que emiten sonidos muy molestos para el gato. De esta manera no lo lastimaremos, pero se asustará y se mantendrá alejado.
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Francesca Ciardiello