¿El gato entiende si tenemos miedo? Cómo el felino interpreta nuestro lenguaje corporal

Los animales son capaces de entendernos, pero ¿hasta qué punto? Por ejemplo, ¿el gato entiende si tenemos miedo? Descubramos la respuesta juntos.

¿El gato entiende si tenemos miedo?
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A pesar de las dificultades para entender sus respectivos idiomas, el gato y el ser humano han convivido durante milenios y con el tiempo han aprendido a entenderse. ¿Pero hasta qué punto? ¿Y cuánto comprende realmente el gatito nuestro estado de ánimo? En este artículo veremos juntos si el gato entiende cuando tenemos miedo. La palabra a los expertos.

El concepto de miedo

La temor se puede definir como una emoción primaria, común a todos los animales, incluidos los seres humanos, determinada por la conciencia de un peligro actual o inminente.

aliurofobia miedo a los gatos
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Es un mecanismo de defensa que le permite alejarse, cuando sea posible, de fuentes de daño potencialmente dañinas, incluso para la vida misma.

Es un estado de gran intensidad emocional, que en la mayoría de los casos da lugar a reacciones repentinas e incontrolables. Por tanto, el miedo adquiere un carácter de racionalidad sólo cuando somos capaces de observarlo en otros individuos.

¿Pero el gato es capaz de entender si tenemos miedo? Es bueno decir, en primer lugar, que el estado emocional se puede limpiar de miedo al gato en sí mismo (reconocido como una fobia real) o por cualquier peligro, potencial o no, que dispara el mecanismo de defensa en nosotros.

En primer lugar, cabe destacar que el gato comprende nuestras emociones y nuestra actitud en general, desde nuestro lenguaje corporal. Como se sabe, el miedo desencadena reacciones incontrolables y genera la liberación de sustancias conocidas como feromonas.

Los mismos felinos liberan y utilizan feromonas como sistema de comunicación con ejemplares de la misma especie (gracias al órgano de Jacobson del gato), sin embargo no son capaces de detectar las emitidas por otros animales, incluidos los humanos.

Queda, por tanto, que el lenguaje corporal. El miedo, como se mencionó, da lugar a reacciones incontrolables; pero mientras se limiten a la emanación de sustancias, como las feromonas, no son comprensibles para el felino.

Donde en cambio dan lugar a reacciones más sensacionales, como la sacudida de la silla (quizás mientras ve una película de terror) o la fuga (probablemente frente a un peligro mayor) lo más probable es que sea el propio gato el que se asuste por el movimiento brusco.

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Miedo a los gatos: ¿el felino entiende esto?

El miedo a los gatos puede manifestarse de tal manera que establezca un círculo vicioso que lo alimente; desde cierto punto de vista activa un mecanismo sutil.

Jugando al gato muerto (Adobe Stock Photo)
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Como sabemos, las fobias son irracionales en su manifestación, pero pueden tener raíces muy racionales.

Una experiencia negativa con gatos pequeños, quizás durante la delicada fase de la infancia, puede llevar a un miedo incontrolable por los gatos.

Desafortunadamente, muy a menudo, estas son experiencias que el padre derrama hacia el niño, quien, al no tener forma de conocer al animal, lo asocia con una fuente de peligro.

La fobia puede dar lugar a reacciones excesivo (en todas las fugas), sino también a reacciones corporales simples (sudor frío, liberación de feromonas, etc.). El lenguaje corporal también es de fundamental importancia, pero no todos los animales lo interpretan de la misma manera.

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Probablemente, una persona que le tiene miedo a un gato y se ve obligada a ir a un lugar donde el felino está presente (tal vez mientras visita a un amigo) tenderá a mantener la distancia y apartar la mirada del objeto de su fobia.

Será el felino, sin embargo, el que acorte las distancias, interpretando el lenguaje del cuerpo humano como una señal amiga, o por el contrario, de miedo. En definitiva, lo que en el lenguaje humano es un claro síntoma de malestar, en el mundo felino adquiere un significado completamente diferente.

El gato no comprende, de forma racional, si tenemos miedo; a lo sumo comprende cuándo existen las condiciones para poder intentar un acercamiento con el fin de conocernos.

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