Desde selfies asesinas hasta turistas que salvan la vida de una orca varada

Los turistas no siempre son responsables de la muerte de un animal salvaje. Como ha ocurrido a menudo en los últimos años, se ha registrado el fenómeno del asesino de selfies. Es decir, turistas que para tomarse una fotografía de recuerdo de unas vacaciones han venido a matar ejemplares como delfines, sometiéndolos a un estrés severo y condiciones ambientales, fuera del agua que resultaron ser letales. Individuos irresponsables que se comprometen la vida de una criatura viviente aunque solo sea un cachorro.

Afortunadamente, hay algunos casos en los que ocurre lo contrario. Como el episodio que sucedió en Papamoa, Nueva Zelanda, donde a lo largo de la playa de Bay of Plenty, un grupo de turistas ayudó a guardar la vida de una orca que quedó varada. El espécimen había terminado en aguas poco profundas, quedando atrapado en la arena y sin poder navegar de nuevo. Una situación que podría resultar letal para el animal, de no ser por la ayuda providencial que le brindaron los vacacionistas.

Según lo reconstruido, uno de los rescatistas dijo que caminaba sobre el hielo con su familia cuando notó un par de orcas jugando casi en tierra. Sin embargo, en unos momentos, la idílica situación se revirtió y una de las dos orcas quedó atrapada. En ese momento, el joven se arrojó un agua para ayudar a la orca y en unos momentos, otros testigos fueron a ayudarlo. Gracias a las olas, los turistas lograron empujar a la orca y luego de un primer intento fallido, en la segunda ola, la orca logró liberarse.

“Nunca en mi vida había tocado una ballena y nunca pensé que sucedería. Habiéndolo hecho, cerca de fin de año fue una experiencia verdaderamente extraordinaria ”, comentó uno de los rescatistas.

Una alegría infinita para los turistas que cerraron así el año con un gesto gracias al cual lanzaron un mensaje en nombre de la solidaridad y el amor.

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