Demencia senil en gatos: que es, signos, comportamientos y posibles tratamientos
Cuando envejece, no es solo su cuerpo el que sufre las consecuencias: cuál es la demencia senil del gato, en qué comportamientos se traduce y cómo se trata.
A medida que nuestra querida mascota felina envejece, nuestra vida entera parece cambiar: los recuerdos del tiempo que pasamos con él cobran vida y lo recordamos cuando era fuerte y lúcido. Sin embargo, la tercera edad felina no debe afrontarse con tristeza, sino con la conciencia y el deseo de solucionar los posibles problemas de salud propios de un gato anciano, en primer lugar. demencia senil del gato.
¿Qué es la demencia senil de los gatos?
También conocida como ‘Alzheimer felino’, la demencia senil es una disfunción de la esfera cognitiva y mnemónica felina del gato, debido a la falla (e imposible) de regenerar neuronas.
A partir de su entrada en la tercera fase de su vida, después de unos 10 años, el gato tiende a desarrollar esta disfunción progresiva que compromete su calidad de vida, partiendo de problemas articulares a nemotécnicos, etc.
Demencia senil del gato: los comportamientos de un gato que se ve afectado por ella
No siempre es fácil percibir los primeros signos de un gato que padece demencia senil, sin embargo existen algunas conductas que, si no son esporádicas y repetidas en el tiempo, sí son señales de advertencia reales. Así se comporta un gato que padece demencia senil.
Ya no se lava
Parece que una de las actividades en las que los gatos están más interesados y en las que están profundamente comprometidos es precisamente la limpieza: sin embargo, si padecen demencia senil, parece que lamer el pelo, lavar y cuidar la higiene ya no son prioridades.
Es probable que el gato no se lave, esto se debe a la falta de fuerza o algún problema de salud relacionado. Hay que prestar atención al estado de salud del pelaje del gato, basado sobre todo en su lucidez y olor.
Voces y maullidos continuos
Un gato con demencia senil es como perder la noción del tiempo: ya no puede distinguir la noche del día y por tanto adopta comportamientos nocturnos a la luz del sol y viceversa.
Entre estos ciertamente también está el gato que maúlla por la noche y vocaliza continuamente, aparentemente sin razón. En realidad lo hace porque se siente solo y desorientado, como si estuviera en un estado de oscuridad perenne que lo pone nervioso.
Cambiar el ritmo biológico
A menudo son los gatos los que nos recuerdan cuándo es la hora de comer, porque sienten una sensación de hambre. Sin embargo, un gato con demencia senil es como si se olvidara que ya ha comido y puede que siga pidiéndonos comida.
Al mismo tiempo, tal vez sus hábitos fisiológicos puedan cambiar de horario e incluso llegar a ser difíciles de controlar: en definitiva, ya no se parece a nuestro gato porque cambia todos los hábitos que tanto le gustaban.
Siempre esta cansado
La demencia senil en gatos también implica uno estado de debilidad perenne y constante, como si el gato estuviera cansado, aburrido y desinteresado por todo lo que le rodeaba. Un hecho muy extraño para un animal que se interesa por todo y siempre quiere tener el control total de su territorio, incluidos los eventos.
Al mismo tiempo, esta estado de apatía también lo empuja a dormir más y a tratar de recuperar las fuerzas. Ya normalmente el sueño del gato se compone de muchas siestas cortas (y alerta), que se utilizan para recargar las energías diarias; pero en el caso del gato enfermo, tenderá a dormir mucho más de lo habitual.
No se dice que todo este cansancio no se convierta en agresión: también puede suceder que el gato se sienta tan frustrado y nervioso que se vuelva violento incluso con las personas que ama.
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Demencia senil en gatos: ¿existe cura?
Desafortunadamente, la respuesta debe ser clara: no, no existe cura para el gato que padece demencia senil. Son muchos los paliativos que permiten al gato vivir una vida más o menos tranquila.
No es posible eliminar la condición de disfunción mental y curar al gato que se ve afectado; sin embargo, es posible, con tratamiento farmacológico y suplementos, debilitar sus efectos y controlar un empeoramiento progresivo.
Los medicamentos más útiles se basan en selegina, que generalmente se usa para humanos con enfermedad de Parkinson. También existen suplementos especiales que deben combinarse con una dieta específica: pedimos consejo a nuestro veterinario de confianza.
Por último, será muy útil para entender cómo cuidar a un gato con demencia senil, cómo ayudarlo a afrontar las pequeñas dificultades de cada día y cómo hacer que su vida esté menos ‘influenciada’ por la enfermedad que padece.
Francesca Ciardiello