Delito de gritarle a los perros del vecino ladrando de noche
Delito de perturbación del orden público: no se puede gritar a los perros del vecino que ladran de noche, si se molesta a los demás condominios.
Una sentencia reciente del Casación, la 47719/18, afirma que grítalo el perro del vecino que ladra es crimen. Por tal motivo, se condenó a un condominio que de noche despotricaba contra los perros de los vecinos. El portal La ley para todos describe lo sucedido. Comencemos señalando cómo ladrido de un perro es normal para el dueño, mientras que a veces lo es mucho menos para los vecinos, que tienen que aguantar. El caso de ley en cuestión pone en escena estos elementos: un edificio de departamentos, un perro que ladra desde un balcón por la noche y un vecino que no puede dormir por eso.
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La sentencia que condena a un hombre por despotricar contra los dueños de un perro ruidoso
¿Qué pasa después? El vecino empieza a gritar desde la ventana, arremetiendo contra el dueño del perro, que en su opinión sería uno deshonrado, incapaz de manejar al animal, quizás invitándolo a Cállate o en todo caso mantenerlo bajo techo. Los ánimos se calientan porque el dueño del perro responde a acusar. El vecino que se siente perturbado sube aún más el tono, pensando que lo tiene solidaridad del barrio. En cambio, su expediente termina volviéndose en su contra. De hecho, el hombre viene procesada mi condenado por perturbación de la paz pública. El último acto, en el Tribunal Supremo, confirma la sentencia.
El delito de perturbación del orden público se desencadena solo cuando el molestia alcanza numerosas personas. Por ejemplo, si subes el estéreo y molestas a tu vecino, solo cometes una ofensa civil, lo que conduce a una indemnización por daños y perjuicios y la ‘advertencia’ del juez. Sin embargo, si perturba todo el edificio con música, se arriesga Denuncia criminal. El mismo procedimiento ocurre con el perro: para que el dueño sea denunciado, debe haber muchas personas y acusar al animal de ladridos. Si, por el contrario, una persona siente acosado de ese ladrido y arremete contra el dueño del animal, como en este caso, se arriesga al efecto contrario y que es sufrir un denuncia. De hecho, la ley no evalúa la exasperación, la ira y la provocación, aunque el derecho de una persona al descanso no está protegido. Sin embargo, esto se debe a que los otros condominios no tienen nada que ver con eso. En definitiva, podemos decir que el límite entre lo civil y lo penal es el número de sujetos acosados. En el presente caso, el hombre fue condenado a una fuerte multa.
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