Deciden hacer todo lo posible para guardar a su gallineta nórdica de 20 años
No todo el mundo lo sabe, pero un pez de colores ordinario, incluso los capturados en la feria, pueden sobrevivir al menos 15 años, algunos ejemplares incluso han llegado a los 40 años y no es raro oír hablar de peces de colores de treinta años.
Entre estos, no podía faltar un pez dulce llamado Bob, que desde hace veinte años comparte su vida con una familia en Inglaterra, que no lo ha abandonado en un momento de dificultad.
El pequeño Beto presentó una excrecencia externa, cercana a una aleta. Su familia decidió correr el riesgo, llevándolo a una clínica veterinaria, allí Toll Barn Veterinary Center Limited para entender qué era y resultó que era un tumor que necesitaba ser extirpado.
“Conocimos a Bob el día de su cirugía. Además del tumor, estaba bien de salud ”, comentaron los veterinarios.
Para operar, los veterinarios le pusieron anestesia en el agua que lo hizo quedarse dormido. El latido del corazón durante todo el tiempo necesario para la operación fue monitoreado constantemente. En cambio, algunos asistentes veterinarios tuvieron que mantener a Bob hidratado para no dañar sus ramas, mientras que un tubo con agua se insertaba en la boca para oxigenar el pescado y mantenerlo bajo anestesia.
La cirugía salió bien con la extirpación del tumor que no dañó la aleta. Ahora Bob está haciendo todo lo posible y recuperando lentamente su tal vez.
«Amo mi trabajo. Hay muchas personas que aman a sus mascotas, que las cuidan, contribuyendo a alargar su esperanza de vida. Recibimos muchas llamadas telefónicas. Es realmente agradable cuando escuchamos a un dueño que quiere guardar a su mascota y sobre todo poder hacer algo y ayudarlos «, dijo el veterinario que operó al pequeño Bob, afirmando que era el» pez más viejo fue operado en la clínica «.
Terminada la operación, el pequeño Bob regresó a casa y volvió a nadar, mejor que antes, sin el crecimiento tumoral que lo agobiaba y limitaba a viajar.
También el año pasado, nuevamente en el Reino Unido, una familia estaba dispuesta a recorre cuatrocientos kilómetros y gasta 250 euros tener siempre su nombre pez dorado operado en un tumor Nemo. Peces afortunados y longevos, gracias al cariño que reciben cada día de quienes los cuidan.