Cuidar a un gato traumatizado: consejos de manejo

Cuidar a un gato traumatizado: el enfoque correcto, las formas impecables de calmar al gato en estado de miedo.

trauma en el gato
(Foto de Adobe Stock)

El gato traumatizado tiende a esconderse y es capaz de permanecer escondido debajo de una cama o incluso en lugares inaccesibles para nosotros en la casa, incluso durante días enteros. Si, por el contrario, es tomado por sorpresa, las señales de miedo que su cuerpo se manifestará serán muy evidentes. En estos casos cómo cuidar a un gato traumatizado? Descubrámoslo juntos en los siguientes párrafos.

Los signos de un gato traumatizado

gato asustado
(Foto de Adobe Stock)

Es bien sabido que los gatos son muy buenos para ocultar su dolor, y mucho menos sus miedos. Por eso consideramos oportuno hacer una lista de signos probables de que el animal podría mostrar donde deberías sentirte traumatizado por algo o alguien. Por ejemplo:

  • el primer signo de un gato traumatizado es el cola baja o doblada;
  • espalda arqueada;
  • la temblor;
  • la orejas bajadas y mirando hacia atrás;
  • la alumno soy dilatado;
  • la ojos soy prohibidoyo;
  • lo bostezo (un signo típico de los animales asustados o molestos);
  • posición casi fetal.

Ante la presencia de estas señales inequívocas, podemos decir que el gato está traumatizado por algo. La causa por supuesto que pueden ser diferentes, desencadenado por algo (varios ruidos de electrodomésticos, de alguien (extraños) o de lugares (clínica veterinaria). En la siguiente sección entenderemos cómo cuidar a un gato traumatizado.

Cuidando a un gato traumatizado

trauma de gato
(Foto de Adobe Stock)

Primero que nada frente a un gato traumatizado es fundamental no regañarlo y no levante la voz, ya que obtendríamos el efecto contrario. Por eso es necesario mantenga la calma y mantener tonos bajos y dulces que puedan dar seguridad y calidez al animal momentáneamente en dificultad.

No obligue el gato hacer algo que no quiere hacer en ese momento. En general, al gato no le gustan las limitaciones y en particular cuando tiene miedo, esta característica se acentúa. En este momento es necesario tratar de obtener algo a través de la gratificación, a través de las golosinas y poco a poco proceder a la tranquilidad del animal.

Cuidar a un gato traumatizado es un compromiso que a veces puede durar mucho tiempo, no siempre es un trauma leve y pasajero. A veces es posible que el gato haya sufrido maltrato, si no violencia severa por parte de los humanos.

Razón por la cual el acercamiento, la confianza del gato es algo que se puede alcanzar con mucho esfuerzo y compromiso. Abajo algunos consejos de expertos para ganarse la confianza del animal y cuidar a un gato traumatizado:

  • conocer su personaje y su estilo de vida;
  • dale uno espacio y devolverlo comodo;
  • ofrecerle un ambiente seguro y pacífico y no muy ruidoso;
  • recompensa al gato con sus golosinas favoritas.

Una vez que tienes la confianza del gato estás a mitad de camino, ya que es fundamental que el gato pueda confiar en su dueño pero el hecho es que es difícil eliminar el trauma de la mente de un gato o de cualquier animal. Por lo tanto sigue teniendo una actitud de respeto y de cautela hacia el animal y trata de nunca lo tomes por sorpresa y no lo asustes con movimientos bruscos.

Deja que se te acerque siempre y no al revés. Si te mira fijamente y se queda quieto a cuatro patas, con la cola recta y las pupilas dilatadas, significa que está tenso. ¡Hacer nada! Como máximo si tienes espacio disponible acostarse al mismo nivel que el animal, para parecer menos enorme y amenazante.

Evita mirarlo a los ojos, ya que en el lenguaje del gato es un signo de desafío. Intente buscar en otra parte será mucho mejor. Se necesitará mucha paciencia y mucho tiempo antes de que el gato pueda dar un paso adelante y hacer contacto. Quizás intentar anima al gato a acercarse ofreciéndose algo de comida sabrosa y tan pronto como reciba señales positivas, trate de no exagerar el contacto, especialmente con abrazos intrusivos y abrazos excesivos.

Acaricia la barbilla y las orejas del gato lenta y suavemente. No hagas movimientos bruscos y recuerda que puede morderte repentinamente mientras lo acaricias. Este comportamiento, junto con el rascado, puede indicar que está abrumado por el contacto físico y el afecto.

Dale tiempo para calmarse y tenga en cuenta que no debe exagerar con los mimos la próxima vez. Con tanto cariño y perseverancia verás que podrás lograr excelentes resultados, recuerda que cuidar a un gato traumatizado no es fácil pero es un gesto que te hace honor.

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Raffaella Lauretta