Comunicación en perros: lenguaje químico y táctil (segunda parte)

Nuestro perro se comunica con nosotros todos los días a través de expresiones faciales y sensoriales, transmitiendo sensaciones, señales evidentes e irrefutables sobre lo que piensan en ese momento. Ser capaz de comprender estos mensajes, y al mismo tiempo ser capaces de hacernos entender, es de fundamental importancia para establecer una relación de confianza y complicidad con nuestro perro.

Hay tres niveles en los que se basa la comunicación: son minutos: libertad condicional, paraverbal: el tono, volumen, timbre de voz y el No verbal: lenguaje corporal, posturas. Además, existen diferentes tipos de lenguaje que incluyen QUÍMICO Y TÁCTIL.

EN ESTA SEGUNDA PARTE SOBRE COMUNICACIÓN PERRO hablaremos del LENGUAJE QUÍMICO Y TÁCTIL.

EL LENGUAJE QUÍMICO

El lenguaje químico se basa en los olores y el olfato. los para oler en cambio, le permite al perro aprender mucha información tanto sobre el perro que está llegando o que ya pasó, como sobre la persona. El perro tiene 220 millones de receptores olfativos contra solo 5 millones los nuestros, y por este gran don, el perro es capaz de descodificar, catalogar e incorporar millones de olores diferentes.
Con más razón, dado que el olfato es el sentido más desarrollado en el animal, todo dueño debe poner a disposición del cachorro, siempre nuevos estímulos, para poder ayudarlo cuando sea mayor.
Los ejercicios o juegos del olfato y la investigación olfativa representan, de hecho, para los perros poco estimulados o apáticos, hiperactivos o miedosos un remedio excepcional para ayudarles a conseguir un buen equilibrio psicofísico.

EL LENGUAJE TÁCTIL

cariciaMediante la comunicación táctil, el perro, además de ser capaz de reconocer superficies, para saber si un objeto está caliente o frío, también puede manifestar explícitamente su grado jerárquico.

Colocar el hocico o la pata en los omóplatos de un perro o en la pierna de un hombre expresará su confianza y dominio. Por el contrario, frotándose el costado o lamiendo las comisuras de la boca con las orejas y la cola bajadas, expresará su sumisión.
Incluso nuestra forma de masajear al perro o cómo lo acariciamos es una clara señal de comunicación; el perro sobre la base de que entiende si somos pacíficos o maliciosos, se relacionará con nosotros. Acariciar a un perro a lo largo de la mejilla, debajo del mentón, en el pecho y en el costado es un signo de gran atención y respeto que mantiene al perro tranquilo y sereno, receptivo al placer de estas caricias. Por el contrario, acariciar a un perro en la cabeza, entre las orejas, en el cuello y en la grupa comunica un cierto grado de autoridad y dominio que no todos los perros están dispuestos a aceptar.
Un perro debe ser manipulado desde pequeño por su dueño para que un día no sufra si es tocado por desconocidos o no sienta ningún tipo de estrés cuando acuda al veterinario.
Desafortunadamente, no es raro encontrar reacciones repentinas y atemorizantes de perros que ladran o gritan al veterinario o se muestran reacios a ser acariciados por extraños.