Cómo y dónde no acariciar al gato: las señales para entenderlo
¿Tu gato odia tus caricias? Quizás somos nosotros los que hacemos el camino equivocado o la parte de su cuerpo: bastará con entender cómo y dónde no acariciar al gato.
Ya sabes: los gatos son muy exigentes, ¡incluso cuando se trata de abrazar! No siempre tienen ganas y no siempre somos buenos para aprovechar el momento y la forma correcta de mostrarles afecto. En resumen, ¡siempre es nuestra ‘culpa’! Y ten la seguridad de que el gato podrá mostrarnos su enfado, incluso con actitudes bastante explícitas. Depende de nosotros aprender a comprender cómo y dónde no acariciar al gato para evitar desagradables ‘negativas’ de nuestro querido felino.
Acariciar a tu gato: no es tan fácil como parece
¿Acabamos de darle la bienvenida a un gato a la casa y no estamos seguros de cómo relacionarnos con él? En poco tiempo y con actitudes bastante claras, nuestro gato nos hará comprender que estamos haciendo algo mal. Acariciarlo es parte de esas actitudes que hay que saber hacer bien, si no queremos que el gato se escape o incluso se vuelva hacia nosotros de mala manera con arañazos y mordiscos.
En particular, serán los pequeños humanos los que tendrán que aprender a relacionarse con el felino de la casa, para evitar que se lastime y se lastime tras una reacción repentina del gato. Esta reacción podría poner en peligro la relación entre los dos, por lo que es mejor supervisar las primeras reuniones y asegurarse de que los dos se familiaricen con el tiempo y la paciencia. La mejor forma de no poner nervioso al gato es hacerle entender que él ‘decidirá’ y maniobrará nuestra mano: él mismo pedirá mimos y caricias. Normalmente el gato no siempre está predispuesto a este tipo de atención pero nos hará entenderlo directamente. En la práctica, somos nosotros quienes debemos esperar su consentimiento para nuestras caricias, no será el gato el que las ‘reciba’ pasivamente.
Cómo y dónde acariciar al gato: las formas más equivocadas
El gato, al igual que otros animales, es bastante cauteloso con los extraños: hay que darles tiempo para que nos conozcan y se convenzan de que no queremos hacerles nada malo. Aquí están las formas más incorrectas de relacionarse con un felino doméstico: ¡tenga cuidado porque las consecuencias podrían ser realmente desagradables!
- Abalanzarse sobre él: De hecho, si no nos conocemos, no caigamos sobre él, porque fácilmente podría percibir nuestra actitud (aunque impulsada por las mejores intenciones) como una amenaza o un peligro para su seguridad.
- Acariciando de la cola a la cabeza: a los gatos no les gusta esta dirección. Es algo que les molesta mucho, así que asegurémonos de que el verso siempre comience desde la cabeza y luego llegue a la parte más extrema de su cuerpo. ¡Suavemente, por supuesto!
- Perdiendo de vista las señales que nos envía: si lo estamos molestando, el gato nos lo avisará. Puede huir o maullar de forma extraña, mordernos y arañarnos con las uñas. En resumen, si notamos signos de enfado en él, dejemos de mimarnos.
- Acarícialo con grifos secos: mejor una sola y delicada caricia, que muchos golpes en el pelaje del gato.
- Levántalo del suelo: si el gato camina solo, no es agradable llevarlo a acariciarlo. Por otro lado, ¿cómo te sentirías si alguien te recogiera de repente? ¡Con razón podía percibirlo como una amenaza!
- Suponga que todos los gatos son iguales: esto también es un error para quienes ya tienen un gato en casa. Los felinos son todos diferentes, cada uno con su propia personalidad y no es correcto pensar que si a uno de ellos (nuestro gato mascota) le gusta que lo acaricien, lo mismo ocurra con otro. Cada uno puede reaccionar de forma diferente por lo que no tenemos prisa por establecer una relación con él: será el propio gato quien nos pregunte cuándo es el momento adecuado.
Cómo y dónde acariciar al gato: las partes más malas del cuerpo
¿Por qué es una gran muestra de cariño y confianza hacia nosotros cuando el gato nos muestra su barriga? Porque es una de las zonas más sensibles, o quizás la más sensible, de su cuerpo. Mostrar tu barriga para él significa desnudarse, mostrar su punto débil y ponerlo ante nuestros ojos, precisamente porque está convencido de que nunca le haríamos nada malo. Entonces, si un gato confía en ti, también aceptará cualquier caricia en esa área, pero si aún no los conocemos bien, es mejor mantenerse alejado de ellos.
Otro punto que es mejor no toques son las patas: acariciar sus extremidades o, peor aún, bloquearlas con la mano podría sentirse como una amenaza. El gato se sentirá preso, como si quisiéramos evitar que se escape y ‘enmarcarlo’. Solo cuando el animal nos dé su consentimiento podremos acercarnos a sus patas y tocarlas, siempre con extrema delicadeza.
Mimar al gato: los mejores puntos y cuando parar
¿Queremos ir a lo seguro para entender cómo acariciar al gato? Toquémoslo, al menos por primera vez de nuestro conocimiento, sólo en estos puntos ‘estratégicos’: alrededor de las orejas, debajo del mentón y en la parte que une la cola al resto del cuerpo (la línea del cabello).
¿Pero cómo sabemos si al gato le molesta nuestra actitud cariñosa? Por las actitudes que tiene nuestro propio gato: podría ronronear, que no siempre son síntoma de que lo que estamos haciendo le agrada. Podría retroceder, saltar y, en el peor de los casos, arañarnos y mordernos. Echemos un vistazo también a su cola: si golpea violentamente hacia arriba y hacia abajo, es señal de que el gato se está molestando: paremos de inmediato.
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Francesca Ciardiello