¿Cómo se comunican las ballenas con sus crías?

El proceso biológico utilizado por las ballenas para producir sonidos. varía de una familia de cetáceos a otra. Sin embargo, todos los cetáceos (ballenas, delfines y marsopas) se limitan a la comunicación de ondas sonoras porque la vida en el agua no te permite ver bien ni tener un sentido del olfato desarrollado. El agua absorbe la luz y ralentiza el movimiento. Lamentablemente, el tráfico marítimo está contaminando el mar al igual que la comunicación de los animales marinos, muchos ecologistas luchan continuamente para tratar de salvaguardar estas especies. Los cachorros de megattera (Megaptera novaeangliae), para pasar desapercibidos con los depredadores, al menos han encontrado una manera de no ser escuchados. Para comunicarse con la madre recurren a “chillidos” mucho más tenues que los potentes llamados de estos cetáceos, normalmente audibles a unos treinta kilómetros de distancia.

Un grupo de investigadores daneses y australianos documentó por primera vez esta forma de comunicación en 8 cachorros y dos madres de ballenas jorobadas que nadaron en el Golfo de Exmouth, en Australia Occidental, donde estos cetáceos se encuentran, en invierno, para aparearse, parir y alimentar a las crías. Fueron monitoreados durante 24 horas con sensores colocados en la espalda de los animales. Las llamadas de los cachorros sorprendieron a los investigadores: «Son unos 40 decibelios menos intensos que los de los machos adultos y son audibles sólo dentro de los 100 metros de distancia».

Los silbidos que hacen los cachorros mantienen ocupadas a las madres incluso en el momento del apareamiento con otros machos, de hecho, las crías necesitan cuidados y atención en los primeros meses, y estos sonidos bajos mantienen a las crías alejadas de las orcas. No.En el primer año de vida, los cachorros necesitan almacenar suficiente energía. para enfrentar, en solitario, los 8.000 km que los separan de las aguas polares a donde migrarán para comer.

Los pequeños también han aprendido otro tipo de llamada silenciosa: un roce contra la madre que señala, sin ningún ruido, el deseo de leche. La investigación vuelve a subrayar la necesidad de controlar la contaminación acústica que producen los barcos, que podría perturbar este diálogo tan íntimo e importante.

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