¿Cómo saber si el perro te odia?

¿Cómo saber si el perro te odia?

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Cualquiera que viva con un perro habrá notado la enorme complejidad conductual y cognitiva de estos animales, así como su capacidad para sentir y expresar un amplio abanico de emociones. Por ello, es natural que nos preguntemos qué piensa el perro de nosotros.

Muchas personas humanizan y malinterpretan el comportamiento de sus amigos de cuatro patas y esto les lleva a pensar que sus mascotas los odian, pero lo cierto es que los perros no «odian», o al menos no de la misma manera que lo hacen los humanos. El grado de cariño o rechazo que un perro muestre hacia su humano dependerá tanto del tipo de relación que se establezca como de las vivencias del animal. En este artículo de AnimalPedia analizamos varios aspectos que pueden dañar o dificultar la relación con tu amigo cuadrúpedo y te damos algunos consejos para mejorar el vínculo con él. Uno mismo sospechas que tu perro te «odia» sigue leyendo para saber cuál es el posibles causas y como remediarlas.

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Resumen
  1. Te rechaza y no se deja tocar porque no está bien socializado
  2. Se esconde detrás de ti debido a experiencias traumáticas.
  3. Te ignora o te ataca por mala educación
  4. Te gruñe porque no lo respetas.
  5. El perro está nervioso porque no se estimula adecuadamente

1. Te rechaza y no se deja tocar porque no está bien socializado

El período entre tres semanas y tres meses de la vida de un cachorro se llama ‘la fase sensible de la socialización‘y corresponde a uno de los momentos en los que su sistema nervioso está más predispuesto a recibir nueva información, procesarla y adaptarse a ella. Durante este período, el cachorro debe comenzar a tener la oportunidad de explorar el mundo que lo rodea, aprender a relacionarse con los diferentes estímulos de su entorno y acostumbrarse a ellos.

Si el cachorro es separado de su madre demasiado pronto (antes de las ocho semanas de edad), viene aislado durante el período de socialización o sometido a malas experiencias a una edad temprana, es muy probable que desarrolle una trastorno del comportamiento relacionado con el miedo. Desafortunadamente, muchos de los cachorros que esperan su hogar en los refugios no han sido socializados adecuadamente y pueden tener un miedo real a las personas.

Si adoptas un perro y notas que te rechaza, no permite que lo toques, se aleja de ti o asume una actitud amenazante, esta podría ser la causa. Naturalmente, tu perro no te odia, pero es posible que nunca haya tenido una relación sana con un ser humano y que sea muy miedoso. En este caso, lo mejor es que contactes con un etólogo o educador canino que trabaje con refuerzo positivo para que te aconseje sobre la mejor manera de relacionarte con el animal para que, poco a poco, empiece a confiar en ti.

2. Se esconde detrás de ti debido a experiencias traumáticas

L’aislamiento durante el período de socialización o el separación temprana de la madre sin duda son experiencias traumáticas para un perro, pero no son las únicas. Independientemente de la edad o etapa de la vida de un perro, si se trata abusado física o psicológicamente de un ser humano, puede desarrollar un miedo patologico a las personas en general o de personas con características similares a las del individuo que lo trató mal. Esta es la razón por la que a menudo vemos perros que tienen fuertes reacciones de pánico, por ejemplo, frente a hombres barbudos, personas con palos o personas que usan ciertas prendas de vestir, sin comportarse de la misma manera con otras personas.

Desafortunadamente, las perreras y los refugios están llenos de animales que han sido maltratados y que a menudo luchan más y tardan más en adaptarse y confiar en un humano. Una vez más, debemos aclarar que en su comportamiento, incluida la agresión, subyace el miedo y no un sentimiento de odio o resentimiento, por lo que el ideal es contacta a un profesional que nos muestra cómo acercarnos a nuestro animal.

¿Cómo saber si el perro te odia?  - 2. Se esconde detrás de ti debido a experiencias traumáticas

3. Te ignora o te ataca por mala educación

Una de las causas más comunes de una mala relación perro-humano es estrategia educativa. En toda familia se deben establecer algunos reglas de convivencia, pero es importante que estas reglas sean claro, consistente y enseñar con respeto por el animal.

Un ejemplo muy básico es el siguiente: si una familia decide que el perro no puede subirse al sofá, todos los miembros tendrán que ponerse de acuerdo y actuar de la misma manera.

  • Ofrezca al perro alternativas: casetas, colchonetas, etc.
  • recompensar al perro, con una merienda o palabras de cariño, cuando se acuesta en la perrera o en la colchoneta en lugar de subirse al sofá.

Si en cambio, el perro puede ocasionalmente subirse al sofá y a veces, en cambio, es regañado por hacerlo, crea un ambiente muy confuso para el perro, lo que puede conducir a desarrollo de ansiedad y problemas de conducta.

Del mismo modo, el uso de castigos físicos como estranguladores o collares eléctricos, y el uso de la intimidación como método de educación afectan gravemente al bienestar del perro, provocando miedo y reacciones que fácilmente podrían confundirse con odio (actitud amenazante, agresión, ignorar órdenes, huir de nosotros, etc.) En este video te mostramos cómo educar a un cachorro usando técnicas basadas en refuerzo positivo:

4. Te gruñe porque no lo respetas

El lenguaje canino es excepcionalmente amplio y complejo. A través de expresiones faciales, posturas corporales y vocalizaciones, los perros expresan diferentes intenciones y emociones tanto para nosotros como para otros animales. Es fundamental educarse y aprender el significado de estas señales a la hora de adoptar un perro, ya que La comunicación es la base de cualquier relación., incluso entre especies diferentes.

Los perros aprenden muy rápido el significado de nuestros gestos, palabras y expresiones, ya que nos observan con gran atención todos los días. Sin embargo, generalmente nos cuesta más entender lo que nuestro amigo de cuatro patas nos quiere decir y fácilmente lo interpretamos de forma equivocada. Por ejemplo, tendemos a creer que un perro mueve la cola porque está contento, pero en realidad este gesto se puede interpretar de muchas maneras según el contexto y la forma del movimiento en sí. En este artículo te explicamos cómo interpretar los movimientos de la cola del perro.

Es importante conocer los llamados signos de calma (bostezos, lametones, girar la cabeza, etc.) e los signos de amenaza (gruñir, mostrar los dientes, marcar, etc.), que nos señalará cuando nuestro perro se siente incómodo o necesita espacio. Si respetamos estas señales y evitamos exponer a la fuerza a nuestro amigo de cuatro patas a situaciones desagradables, se sentirá más comprendido y tendrá más confianza en nosotros.

5. El perro está nervioso porque no está bien estimulado

Las necesidades de un perro van mucho más allá de las meramente fisiológicas y, si queremos garantizar su bienestar y establecer un verdadero vínculo, es fundamental pasar tiempo de calidad con él y ofrecerle la suficiente estimulación, tanto física como mental. Un perro que no está adecuadamente estimulado puede intentar manifestarlo y desarrollar ciertas estereotipias (acciones repetitivas sin un propósito específico), nerviosismo, ladridos excesivos, etc. Todo esto es el resultado de la estrés y ansiedad causada por no poder canaliza su energía o la falta de estimulación mental. Por el contrario, otros perros pueden mostrarse totalmente apático.

Los perros son animales sociales y gregarios, necesitan relacionarse e interactuar con otros individuos. Una parte clave de vivir con un perro es pasar tiempo juntos, participando en actividades agradables y experiencias positivas. Esto incluye paseos, entrenamientos, juegos y, por supuesto, momentos de relax y mimos. Cuidar estos aspectos permite que el perro establezca un vínculo seguro y saludable con nosotros y sea más cariñoso con nosotros.

Asimismo, debemos proporcionarles actividades y retos que favorezcan la toma de decisiones y los estimulen cognitivamente. Para ello podemos recurrir al entrenamiento o al uso de juegos de activación mental como el kong.

Dicho esto, si notas que tu perro te ladra, te enseña los dientes, se esconde o no te deja acariciar, no significa que te odia, hay algo mal y esta es su forma de transmitirlo. Por lo tanto, es necesario identificar la causa de su comportamiento y tratarlo para mejorar tu vínculo.

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