Cómo ayudar a los niños a superar el miedo a los perros

La miedo a los perros, o la cinofobia, es bastante común como fobia a los gatos. Se trata una ansiedad que causa un miedo irracional cuya intensidad varía en cada individuo. Hay quienes incluso se inclinan a cruzar la calle si ven acercarse un perro a personas que se asustan con solo pensar o mirar una fotografía. Allí cinofobia puede surgir por diferentes causas que pueden ir desde personas fundamentalmente ansiosas o de experiencias negativas con el perro. Como toda fobia es una patología que limita al individuo por lo que si aparece desde la infancia es bueno prevenir el miedo a los perros en los niños, ya que será mucho más difícil corregirlo en la edad adulta. En la niñez también es un miedo innato lo cual podría resultar de la relación con algo desconocido o de los discursos que el niño ha escuchado de sus padres sobre malas historias con los perros protagonistas.

Dar la oportunidad de niño relacionarse con un perro o una mascota es importante ya que los animales actúan sobre la emocionalidad, desarrollar canales empáticos y enriquecer inteligencia intuitiva. Para ayudar al niño a no temer a los perros, es fundamental evitar hablar de episodios en los que el perro pueda aparecer como un animal peligroso. El acercamiento al perro debe ser gradual y natural: nunca obligue al niño a acercarse al animal. La relación niño-perro no solo implica beneficios en las facultades emocionales y empáticas del niño, pero ayuda a empoderarlos y hacerlos más independientes y seguros de sí mismos. Además, es una vía educativa fundamental en crecimiento, liderando individuos adultos a un equilibrio físico y mental y ciertamente más sociable y sensible con el otro.

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