Cómo acariciar al gato: los puntos más sensibles y los a evitar

¿Cuáles son las mejores áreas para acariciar al gato? Entender cómo les gusta que las acaricien y qué partes del cuerpo evitar para no correr riesgos.

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Gato: ¿Cómo le gusta que lo acaricien? Las áreas adecuadas (Fuente: Pixabay)

Suaves y juguetones, a los gatos les encantan los mimos: ¿pero son todos iguales? ¡Absolutamente no! Por eso es importante saber qué áreas evitar y como debemos acariciar a nuestro gato sin estresarlo o hacer que se sienta ‘abrumado’ por nuestra atención. No es tan simple como parece: nuestro afecto podría ser malinterpretado por nuestro amigo de cuatro patas. Por eso es importante entender cuáles son sus zonas favoritas y cuáles evitar para no correr el riesgo de rayarse.

Gato y abrazos: ¿siempre una combinación ganadora?

A los gatos les encanta nuestra atención, y uno de sus momentos favoritos es seguro cuando les damos tiempo con nuestros mimos. Pero cuidado: no todo es tan obvio. Al ser animales muy sensibles, los gatos no les gusta que las acaricien por todas partes, porque su pelaje puede sentir vibraciones negativas. De esta forma el gato podría desatar su furia para defenderse, si siente que ese tipo de aproximación es un enemigo. No olvidemos que el gato es ahora una de las dos mascotas por excelencia, pero el tambien es un cazador que intenta agarrar la presa y se defiende del enemigo (incluso cuando en realidad las intenciones son muy diferentes).

Cómo acariciar a un gato: ¿quién es?

Hay que hacer una clara distinción entre los gatos que conocemos y los que vemos por primera vez, quizás paseando por la calle. Conocemos al gato que habitualmente vive con nosotros o vive en nuestro jardín: lo conocemos lo suficiente como para reconstruir su historia. Un gato que vemos por primera vez puede haber sufrido un trauma, maltrato o quizás sea víctima de abandono: por eso no sabemos cómo reaccionaría ante las caricias. ¡Quizás ni siquiera está acostumbrado! así que no se sorprenda si la primera pregunta que debe hacer es: ¿Quién es el gato que vamos a tocar y estamos seguros de que le gusta? ese tipo de contacto? ¡Bajo nuestro riesgo!

Si el gato es un callejero: podría, y con razón, desconfiar de nosotros. Básicamente, no nos conoce en absoluto y ¡podríamos tener malas intenciones! Mejor dejarnos oler, conocer primero y no acercarnos precipitadamente, con movimientos lentos y delicados. Lo primero que podemos intentar tocar es la cabeza, pero sin tocarlo bruscamente: podríamos darle un mordisco. Y sobre todo, no lo toquemos si el gato está encerrado en un rincón, sin vías de escape: podría sentirse atacado y reaccionar de forma violenta.

Si el gato está ‘en casa’: cuando un felino nos conoce es muy diferente. Pero no es seguro que un gato que vive en casa quiera siempre nuestros mimos: los acepta, pero solo cuando decide. De hecho, no se descarta que incluso el gato doméstico nos pueda arañar y reaccionar mal a nuestra atención. Puede irritarse y percibirlos como «abrumadores». Eso sí, si desde cachorro estaba acostumbrado a los mimos, es probable que él mismo los pida. A menudo es una cuestión de genética: si a la madre le gusta acariciar, a sus cachorros también les debería gustar.

Acariciar al gato: cómo saber si este no es el caso

Vivir con un gato significa sobre todo aprender a comprender las señales que nos envía y el lenguaje corporal del gato. Es a partir de estos que su estado de ánimo será más claro para comprender si conviene acariciarlo o dejarlo para sus propios asuntos. Si inclina las orejas hacia atrás, mueve la cola nerviosamente y más rápido, y las pupilas se dilatan, entonces debemos alejarnos. ¡Ahora no es el momento de jugar para él! En un artículo hemos explorado por qué un gato se rasca no es el caso de castigarlo después: sería inútil, si no socavar su confianza en nosotros. Debemos ser pacientes: ¡así que mejor evalúe esto bien si queremos adoptar uno!

Cómo acariciar a un gato: áreas favoritas y ‘prohibidas’

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Gato: ¿Le gusta que lo acaricien allí? Veamos dónde (Fuente: Pixabay)

Por supuesto, cada gato es un caso en sí mismo, pero en principio es posible definir áreas en las que a los gatos les encanta que los toquen: en la barriga (pero no en todas), o en las caderas. Es posible tocar su cabeza, pero sin tirar de ella. A esto se le suma la parte anterior de las orejas, la parte debajo del mentón y la unión de la cola. ¿Y las mejillas? La parte detrás del bigote y a los lados del hocico: ¡esta es la zona correcta! La parte final de la espalda es también una de sus zonas favoritas: puede suceder que en este caso el gato levante la cola y toda la espalda.

¡Pero tenga cuidado de no tocar su espalda baja! Por otro lado, cuando el gato nos muestra su panza, ¿sabes lo que significa? No es que quiera que lo acaricien allí mismo. Además de las zonas no recomendadas, es mejor saber que cuando el gato salta a nuestros brazos, o cuando el gato frota su cuerpo contra nuestra pierna, tal vez solo quiera llamar nuestra atención o tal vez quiera comer.

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