Comercio de burros de África a China: aumentan los mataderos ilegales

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El comercio, o más bien el dinero, conduce a la creación de una realidad que a veces supera cualquier fantasía como en el sector de la cría de burros. Durante el verano de 2016 estalló la historia en Nigeria y Burkina Faso, donde la tráfico de burros, muy buscado por su piel, hacia los países asiáticos estaba diezmando la población de estos especímenes en los países africanos,

Tras el escándalo y varias investigaciones, en agosto se prohibió el comercio de burros con China en Nigeria y Burkina Faso. Sin embargo, seis meses después, las organizaciones de bienestar animal reportaron casos de cría y tráfico ilegal.

Esto es lo que constató la misma policía esta vez en Sudáfrica que a mediados de enero bloqueó una carga de más de 5.000 burros en Johannesburgo. Según rumores, la policía ha averiguado el origen, identificando una barracca en Benoni donde los animales eran granjas en condiciones extremas y destinados a mataderos ilegales, probablemente gestionados por un consorcio chino.

Las autoridades están investigando el caso pero con toda probabilidad se trata de un caso más de tráfico ilícito, considerando que es un sector que mueve millones de dólares al año.

Una piel de burro se puede vender entre 20 y 500 euros. Según datos facilitados por las autoridades, un contenedor lleno de skins de burro rinde más de medio millón de euros, equivalente a 8 millones de rand sUdafrican. Las autoridades sudafricanas informan que desde 2015, la cría y sacrificio ilegal de burros ha aumentado exponencialmente.

El matadero ilegal de Benoni surge después de otro caso similar registrado en Northern Cape donde la unidad de investigación de la asociación de protección animal NSPCA supuestamente identificó otro matadero de burros en el área de Olifantshoek. Los dos dueños de la finca fueron arrestados el 18 de enero por delitos de violar el bienestar animal y violar las normas de seguridad alimentaria

La NSPCA, refiriéndose a esta historia, manifestó que existen claras confirmaciones sobre los horrores perpetrados a los animales, afirmando que existe documentación que acredita que los burros fueron maltratados, golpeados o incluso desollados vivos.