Clochard mendigaba con un perro: sancionado por los agentes
Clochard estaba mendigando con un perro. El informe fue a la policía que secuestró al animal.
Usar la compasión de las personas para beneficio personal. Alcanza tu objetivo, confiando en la compasión que provoca la visión de un animal en medio de la calle y sin hogar. Eso es lo que implementó un vagabundo que pedía limosna con la ayuda de un perro que siempre estaba cerca de él. Una historia delicada y compleja que debe conocerse en detalle.
Usted también podría estar interesado en: Lejos de los perros a las personas sin hogar: una regulación sin precedentes
Clochard estaba pidiendo limosna con un perro, el cachorro está siendo secuestrado
Estamos en Módena, una de las ciudades que por reglamento prohíbe la solicitud de limosna a las personas que realicen esta práctica, teniendo animales a su lado. La actividad en cuestión también está prohibida en Turín, ya que forma parte del reglamento municipal relativo a la protección y el bienestar de los animales. Los carabineros fueron contactados por la ciudadanía con la colaboración de los operadores que luchan por la defensa de los derechos de los animales, oponiéndose a cualquier tipo de maltrato. Los agentes descubrieron que el peludo, mestizo, no tenia microchip y las personas sin hogar no habían podido demostrar la propiedad legítima. El hombre tiene cuarenta y dos años y demuestra detener ilegalmente a la perra y por tanto sin ningún tipo de derecho sobre ella. Por eso, el perrito fue confiado a la policía local que llevará a cabo más investigaciones para identificar la posible presencia de un tercer propietario. En las próximas horas el cachorro será trasladado a un albergue de la ciudad y si los resultados de la investigación son negativos, se podrá proceder a la declaración de adopción de la pelosetta.
Usted también podría estar interesado en: Un centro de acogida para personas y animales sin hogar: la idea que los apoya
Para las personas sin hogar se proporciona una multa de 464 euros que probablemente el mendigo no podrá pagar. Situaciones de este tipo son habituales en las grandes ciudades y a menudo se llevan a cabo para que los agentes averigüen condiciones de salud reales de mascotas. En caso de que existan infracciones, se desencadena una denuncia a los propietarios referente a la irregularidad de los artículos del reglamento municipal concernientes la protección y el bienestar de los animales. Una frágil historia que arroja luz sobre una realidad reciente de mayor interés político y colectivo, especialmente en las dos ciudades mencionadas. Un tema decididamente delicado que resalta dos lados de toda la historia. La primera es la necesidad de un cariño cotidiano y tranquilizador que los vagabundos llenen con la presencia de un animal y la otra sobre las tristes condiciones en las que estos animales se ven obligados a vivir. Un área que ciertamente inspira más pensamientos.
bendito Félix;